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Todos los secretos que encierra un radar de velocidad de la DGT

Los radares de la DGT son uno de los mecanismos más temidos por los conductores, tanto por los que cumplen rigurosamente las normas, como por los que se saltan el límite de velocidad a la ligera. Nadie está libre de tener un despiste y llevarse como suvenir de su viaje una multa de velocidad.

Pese al gran debate que generan estas herramientas de control, los conductores saben muy poco sobre su funcionamiento real y su historia. Hoy ha llegado el día de conocer más acerca de estas temidas herramientas de la Dirección General de Tráfico (DGT).

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¿Cómo funciona un radar tradicional?

El radar tradicional se basaba en una antena que emitía ondas y que era capaz de medir el tiempo que tardaban en regresar las ondas al rebotar en el vehículo. Cuando el coche se aleja, el tiempo entre las ondas aumentan, si está cerca el tiempo disminuye. Gracias a esto conseguía calcular la velocidad a la que había circulado el ente en movimiento.

Los cinemómetros actuales, los que emplea la Dirección General de Tráfico (DGT), que reciben el nombre de radar, utilizan ondas de radio o láser y se aplica al movimiento. Permiten medir la velocidad en tiempo real de un objeto en movimiento.