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Rueda de emergencia: todo lo que debes saber

Sufrir un pinchazo siempre ha sido una angustia para todos los conductores. Antes era más habitual que ahora, con las vías asfaltadas, pero sigue ocurriendo alguna vez. Para enfrentarse a dicha eventualidad está la rueda de emergencia. En los primeros coches estaban más que accesibles, pero actualmente muchos ni siquiera la llevan ya.

Hoy en día, los sensores de presión de neumáticos (TPMS) avisan de una pérdida de presión con margen suficiente y, si el conductor pone de su parte, puede controlar el estado general de las cubiertas y que no queden con una presión insuficiente. Por cierto, la presión de la rueda de repuesto, en el caso de llevarla, también hay que vigilarla. No vaya a ser que, cuando más falta nos haga, ¡esté desinflada!

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Kit antipinchazos en lugar de rueda de repuesto

antipinchazo

Regla número uno. Si la rueda no va a bordo, debe haber en su lugar un kit de reparación de pinchazos, constituido por un fluido autosellante y una bomba de hinchar. Eso sí, solo sirve para reparar pinchazos de forma temporal, ya que es inútil frente a un reventón o un pinchazo de cierto grosor. Un neumático con el que se haya usado este kit requiere reparación definitiva en taller y algo de mano de obra, así que tampoco es la panacea.