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La manera correcta de regular los retrovisores de tu coche

Los retrovisores del coche te permiten ver indirectamente las circunstancias del trafico, sin tener que girar la cabeza como un mochuelo (pájaro que puede girar el cuello casi 360 grados) y atendiendo en todo momento al frente del coche y el sentido de marcha en la circulación. Ciertamente eficaces y fiables en muchas maniobras (cambios de carril, aparcamientos, etc…), deben estar reglados de la manera idónea. Te contaremos aquí como regular tus espejos retrovisores, de manera correcta.

El primer espejo retrovisor: en un bólido

antiguos retrovisores

En 1914 los primeros fabricantes empezaron a montar espejos retrovisores en los vehículos del día a día. Antes, el piloto Ray Harroun lo había usado para la primera prueba de las 500 millas de Indianápolis en 1911. El espejo estaba situado en mitad del cockpit de bólido Marmon Wasp con el que Harroun ganó la prueba. En 1927 el modelo T de Ford lo implementó. Pero en los años 30 y 40 del siglo pasado, el retrovisor, ya fuera interior o externo, empezó a ser algo estándar en la producción de vehículos.

Hoy en día, los espejos están colmados de tecnología. Los externos se pueden calentar, regular el ángulo y doblar para estacionar en espacios estrechos. Activan una señal lumínica ante la existencia de tráfico en el ángulo muerto e incluso han desarrollado una luz para iluminar el entorno.

Casi 100 años después de la primera idea de un retrovisor también se atisba un cambio en los espejos exteriores. El vehículo eficiente XL1 de Volkswagen, producido en una serie reducida, renuncia a espejos externos y los cambia por cámaras para lograr un consumo lo más reducido posible gracias a una aerodinámica optimizada.