¿Podemos ponernos al volante si hemos tomado algún medicamento? La respuesta es sí, pero con matices. El consumo de fármacos nos permite combatir ciertas dolencias y enfermedades y no debe considerarse un problema para la seguridad vial, siempre que se realice de forma responsable y bajo prescripción médica. Pero hay determinados medicamentos que tienen efectos secundarios capaces de alterar nuestras condiciones psicofísicas y que pueden afectar a nuestras capacidades de conducción. Un problema preocupante, ya que el 17% de los conductores en España declara estar bajo algún tratamiento farmacológico.
Consejos para reducir el riesgo
El ‘Documento de consenso sobre medicamentos y conducción en España’ y el Consejo General de Colegios Farmacéuticos han elaborado una serie de consejos sobre medicamentos y conducción y, especialmente inciden en la importancia de los mismos en el caso de tratarse de conductores profesionales:
- Siga las instrucciones de administración que le ha indicado su médico y, si tiene dudas, consulte con un profesional; no deje de tomar la medicación por su cuenta.
- Tenga en cuenta cómo afecta el medicamento a su capacidad para conducir. Si nota somnolencia, debilidad, visión borrosa, etc, no deje de usar el medicamento pero no conduzca.
- Dependiendo del tipo de medicación que esté tomando, no conduzca los primeros días del tratamiento o cuando le modifiquen la dosis.
- Algunos medicamentos incluyen alcohol en su composición y es recomendable consultar el prospecto para saber su contenido total.
- No se debe consumir alcohol si se va a coger el coche, pero, mucho menos, si a la vez se están tomando medicamentos.
- Tome la medicación a la dosis y horario que le haya indicado el profesional sanitario.
- No se automedique.
- Si tiene que conducir de forma habitual, indíquelo siempre para que el profesional pueda valorar la posibilidad de encontrar el medicamento que menos influya sobre su capacidad para conducir.