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La etiqueta ECO de la DGT y sus grandes ‘injusticias’

La electrificación nos está cambiando la vida y nos arrastra hacia un escenario complicado para muchos conductores. Los coches eléctricos son caros y no todo el mundo tiene posibilidad de instalar un punto de carga en casa. Nos queda la opción de comprar un vehículo con etiqueta ECO, una alternativa más accesible por precio y uso. Sin embargo, la etiqueta ECO no goza de una reputación demasiado ‘honrada’ en algunos casos. Veamos la razón.

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Llegan las injusticias de la etiqueta ECO

mercedes

Con varios ejemplos lo entenderemos mejor. Con los poderosos Mercedes AMG GLE 63 S con 612 CV, BMW X6M Competition con 625 CV o Audi RS7 Sportback Performance con 630 CV, no sólo disfrutaremos de unas prestaciones de vértigo y lo más avanzado del momento a nivel tecnológico; también podremos acceder al centro de la ciudad sin problemas, pese a que hablamos en algún caso de modelos que rondan los cinco metros de longitud y acarician las dos toneladas y media de peso.

Estos tres modelos, y muchos más de corte similar, acceden a la etiqueta ECO gracias a sus sistemas híbridos ligeros de 48V que alimentan un pequeño generador eléctrico. Este último actúa en momentos puntuales como apoyo a sus generosos y potentes bloques térmicos, pero no tiene capacidad para impulsar por sí mismo al vehículo; por lo tanto nunca se mueven con energía eléctrica exclusivamente. En los últimos meses sí que hay algún modelo en el Grupo Stellantis que goza solo de impulso eléctrico con esta tecnología ‘mild hybrid’ (no pasa de unos metros, por cierto).