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Tres claves para hacer las rotondas a la perfección

Circular por una rotonda cuando no hay trafico no representa mayor problema que un cruce tradicional. Si esta bien indicado, respetando las normas y las señales, al no tener problemas de interacción con otros usuarios, las dificultades desaparecen. Otra cosa distinta es la hora punta, las operaciones salidas y retorno, o el habitual y cotidiano transcurrir por las calzadas, con un nivel de trafico aparentemente normal pero que establece unas condiciones siempre especiales en este tipo de cruces.

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Donde están y como son las rotondas

Rotondas vistas desde el aire

Existen diferentes tipos de rotondas en cuanto a su colocación en la vía, entendiendo esto en base a que no es lo mismo, regular el trafico en una carretera interurbana, donde pueden existir cruces con otras vías del mismo rango, o regular la circulación de las vías rápidas de alta capacidad y sus accesos/salidas, o regular el trafico en el propio casco urbano, donde es si cabe mas complejo debido a los espacios y la masificación.

En este último caso es muy normal encontrar las rotondas con semáforos e incluso partidas por una vía central que alivia y da fluidez al trafico.

Para clasificar las rotondas se pueden considerar diferentes criterios: según el tamaño del diámetro exterior (miniglorietas, glorietas compactas y grandes glorietas); según el medio de implantación (urbanas, periurbanas e interurbanas); según la morfología de la isleta central (circulares, elípticas y dobles); y, por último, según el número de carriles en los accesos (glorietas de un carril y glorietas de dos o más carriles).[/nextapage]

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