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Conducimos el Q4 e-tron. El Audi eléctrico para todos los públicos

Audi había demostrado su potencial y su poderío en su estrategia eléctrica lanzando una gama que era punta de lanza; porque los e-tron, e-tron Sportback y e-tron GT mostraban lo que es capaz de hacer Audi con modelos muy avanzados y exclusivos y que ofrecen lo mejor de la tecnología. Aunque, como contrapartida, con un nivel de exclusividad que tal vez no los haga aptos para un gran número de clientes.

Ahora, con el Q4 e-tron, la cosa cambia. Porque el nuevo modelo que acaba de llegar -y que pronto se desdoblará con una versión Sportback de aire más deportivo– lleva la movilidad eléctrica a un universo más amplio. Va a ser el modelo de volumen; ese con el que la marca se va a postular entre el gran público para demostrar cómo hacen las cosas en el mundo eléctrico. Y sin renunciar a nada ni de la exclusividad, ni de la tecnología, ni del rendimiento, ni de las sensaciones al volante que siempre se viven en un Audi.

Porque este Audi Q4 e-tron, aunque comparte la plataforma MEB del Grupo Volkswagen, de la que salen, por ejemplo el Skoda Enyaq o el Volkswagen ID.4 -con similares caracteristicas que el Q4 e-tron- no renuncia a su propia personalidad, ni a su puesta a punto especial ni a su estilo o diseño distintivo. Es un Audi y se nota en todo momento y en cada detalle.

Diseño cien por cien Audi

Para empezar en el estilo exterior donde sigue teniendo gran protagonismo la cara del coche, esa parrilla Single Frame -diferente por su carácter eléctrico y por tanto cerrada- que hace absolutamente reconocible al modelo alemán como un Audi. También su firma luminosa con detalles como los faros Matrix LED que puede equipar, por ejempolo, mantiene la esencia de lo habitual en la marca de los aros. Y hay otras cosas que cambian pero sin renunciar al estilo propio de Audi. Por ejemplo, una carrocería que por su característica como eléctrico destaca por sus cortos voladizos y su aspecto muy compacto, musculoso, de líneas marcadas y muy definidas.

En el interior todo es reconocible también como cien por cien Audi. A diferencia, por ejemplo del ID.4 de Volkswagen, que apuesta por una presencia minimalista, en el Q4 e-tron, el salpicadero y el cuadro son como lo que estamos acostumbrados. Tanto en diseño como en presencia o en calidad de materiales, no hay mucho que distinga a este Q4 e-tron de cualquier Audi de combustión. Una gran pantalla central táctil con tecnología háptica o un cuadro de instrumentos digital, Audi Virtual Cockpit, nos recuerdan dónde estamos. Pero no solo las cosas que se mantienen nos recuerdan a Audi. También las novedades que introduce.

Por ejemplo, estrena un nuevo volante de diseño octogonal -y de radio un poco más grande de lo que nos gusta- que incorpora unos botones que funcionan de manera táctil -con solo pasar el dedo- o pulsando como si fuera un botón convencional -hay que acostumbrarse al funcionamiento-, una novedad no vista en la marca en otro modelo. También estrena en opción un head-up display con realidad aumentada, que superpone la información de los sistemas de asistencia y los símbolos de navegación sobre el parabrisas para que el conductor vea las indicaciones sobre la imagen real.

Gran espacio interior

El interior, por cierto, aprovecha que bajo el suelo lleva colocadas las baterías, para ofrecer un suelo plano, un gran espacio para ocupantes -sus dimensiones exteriores de 4,59 metros de longitud lo sitúan por tamaño entre el Q3 y el Q5, pero su distancia entre ejes conforma un interior más habitable que en el Audi Q7– y una capacidad de maletero muy notable, con 520 litros de partida que pueden llegar a los 1.490 de capacidad. Además, ese interior cuenta con otros 25 litros de huecos repartidos por el habitáculo, como por ejemplo los huecos en todas las puertas que permiten alojar una botella de un litro de capacidad.

Es hora de hablar del corazón de este nuevo Q4 e-tron, con características compartidas con los mencionados Volkswagen ID.4 y Skoda Enyaq iV, pues su origen es común. El Q4 e-tron ofrece dos alternativas de batería y tres niveles de potencia; además de estar disponible con tracción a un solo eje -propulsión trasera- o tracción quattro. La batería pequeña, de 55 kWh -52 de capacidad real- está disponible con un motor eléctrico de 125 kW (170 caballos); es la versión de acceso a la gama, la 35 e-tron, capaz de homologar 340 kilómetros de autonomía. Con la batería de 82 kWh (77 kWh netos) están la versión 40 e-tron de 150 kW (204 cbballos) y hasta 519 kilómetros de autonomìa y el tope de gama, el 50 e-tron que combina dos motores eléctricos para ofrecer una potencia total de 220 kW (299 caballos), y al tener un motor en cada eje, dispone de tracción quattro, con una autonomía eléctrica de 486 kilómetros.

En cuanto al sistema de recarga, puede hacerse en tomas de corriente alterna o continua. En el caso de la batería pequeña, en corriente continua puede cargar hasta 7,4 kW y hasta 100 kW en un cargador rápido. Y con la batería grande se permite hasta 11 kW con corriente alterna y hasta 125 kW en una toma de carga rápida con lo que en 10 minutos se puede almacenar energía para recorrer 130 kilómetros.

Otra de las características por las que Audi siempre llama la atención es la búsqueda del dinamismo. Y aquí no es una excepción. Gracias a la ubicación de las baterías se garantiza un centro de gravedad bajo y una distribución equilibrada del peso, lo que unido a los sistemas de control para la transmisión y la suspensión dan como resultado una conducción segura, deportiva y confortable. Además, ese comportamiento se puede modular para hacerlo más deportivo con una suspensión deportiva para todas las versiones Q4 e-tron que reduce la altura de la carrocería en 15 milímetros.

A ello se une sistema Audi drive select, en opción, con diferentes modos de conducción, así como la dirección progresiva, que se vuelve más directa a medida que aumenta el ángulo de dirección o la suspensión con control de amortiguación para garantizar un feeling deportivo en su conducción.

Y por supuesto con la máxima seguridad y el mayor control en todos los aspectos (seguridad o eficiencia) gracias a una gama de sistemas de asistencia a la conducción como el asistente de eficiencia predictiva, que ayuda a conducir con anticipación para optimizar el consumo de energía, el asistente de conducción adaptativo, que ayuda al conductor con el guiado longitudinal y lateral del coche a cualquier velocidad.

Una dinámica sobresaliente

Toca poner a prueba todo esto y lo hacemos en una jornada en la que salimos de Madrid y nos dirigimos hacia la sierra de Madrid y Segovia, por puertos clásicos como el de La Morcuera o Navafría, en un recorrido en el que contamos con el Audi Q4 50 e-tron, la versión más potente y deportiva. Para empezar, lo primero que destacamos es la suavidad con la que se mueve, como una alfombra mágica. Suavidad en la ciudad y contundencia en cuanto salimos de ella y aceleramos con decisión. Los 299 caballos son instantáneos y están dispuestos a todo lo que les pidamos.

La dirección es precisa y con un tacto de coche clásico que es de agradecer. Y también la frenada, sin ese estilo tan artificial de algunos coches eléctricos. Pero además, en cuanto a los frenos, podemos prácticamente olvidarnos, pues con las levas vamos aumentando la capacidad de frenada -y por tanto la regeneración de energía- al 'reducir' -tiene tres grados de regeneración- y eso, en la zona de curvas nos permite hacer una conducción muy dinámica. Además, dispone de un modo B en el selector del cambio que llega prácticamnete a parar el coche.

El recorrido por la sierra es pura diversión. El peso en la parte baja del coche te da mucha confianza y un aplomo destacable; y eso que es un SUV, porque si contara con una carrocerías más baja el comportamiento sería aún más sobresaliente. Enlaza curvas en apoyo con gran nobleza y solventa los adelantemientos en un santiamén. Y todo eso con un consumo que no está nada mal, 22,9 kWh y una buena capacidad de regeneración, pues empezamos con 343 kilómetros de autonomía y tras recorrer 113 kilómetros, la autonomía marca 246 kilómetros.

Mejor dato consigue el Audi Q4 40 e-tron con el que hacemos el recorrido de vuelta por carreteras ya no de montaña y autovía, son 19,9 kWh, que no está mal pues hemos vuelto ligeros. Esta versión, que será la más demandada destaca por su perfecto equilibrio. No tiene el punto picante del 50 e-tron, pero sus 204 caballos tienen gran potencial. Y sobre todo la relación entre esa potencia y su capacidad de batería y, por tanto, mayor autonomía, lo convertirán en el modelo ideal para una familia que quiera llegar a la movilidad eléctrica de la mano de Audi.

Porque esa es otro de los valores del nuevo Q4 e-tron, que se abre a un mayor número de clientes gracias a jugar en un segmento de mercado más popular y hacerlo con unos precios más ajustados que en los otros eléctricos de la marca de los aros. De hecho, el 80 por ciento de la gama del nuevo Audi Q4 e-tron cumplira los requisitos de precio para poder acceder al Plan Moves III. Y eso es una gran noticia, pues significa un ahorro de 7.000 euros que hará muy interesante pensar en comprar un eléctrico.

Con un precio de partida de 44.460 euros en la versión 35 e-tron, el precio definitivo puede quedar en 37.460 euros. Una cifra muy similar a lo que cuesta el Audi Q3 de acceso, el 35 TDI que vale 36.650 euros o nada menos que 12.000 euros más barato que el Audi Q5 35 TDI de 163 caballos. Y es que este Audi Q4 e-tron puede, por sus características, ser alternativa a estos dos modelos y poner al alcance de un mayor número de clientes la movilidad eléctrica. Armas tiene para triunfar.