El enorme aumento de la factura de la luz que sufrimos todos en nuestro día a día, también pasa factura a los coches eléctricos y a sus propietarios. Poder recargar estos vehículos en casa siempre fue una gran ventaja respecto a los vehículos que se mueven gracias a combustibles fósiles. Pero el coste de la energía actual está empezando a hacer que repostar el coche desde nuestro propio garaje no salga tan rentable.
El coste de recargar un vehículo eléctrico en casa y con tarifa valle nocturna se ha disparado un 135,3% respecto a 2020, lo que es un gran varapalo a la hora de amortizar el gran desembolso inicial que supone hacerse con un coche eléctrico.
¿Por qué apostar por un eléctrico si su repostaje no es tan barato?
Entonces, ¿por qué apostar por la compra de un coche eléctrico? Pues porque los vehículos eléctricos son los que tanto la Unión Europea como el Ejecutivo de Pedro Sánchez quieren incentivar, para cumplir con el objetivo de descarbonizar la economía.
Cada vez se van a poner más restricciones a los vehículos de propulsión interna, hasta que llegue la fecha en la que los prohíban por completo. La UE podría fijar esa fecha en 2035, mientras que la Ley española de Cambio Climático marca su fin en 2040.
