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El coche eléctrico, a dos velocidades en Europa: los ingresos de las familias condicionan la compra

Los coches eléctricos supusieron el 21,6% de los automóviles nuevos matriculados en la UE en 2022, pero solo tienen una cuota de mercado del 9% o menos en más de la mitad de los estados miembros de la Unión. Esto se debe fundamentalmente a que la adquisición de coches de cero emisiones está muy vinculada a los ingresos netos anuales de las familias, lo que demuestra que el precio es un factor significativo que desalienta las compras de los consumidores hacia este tipo de modelos.

Es la conclusión a la que ha llegado la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) después de analizar los mercados de la Unión. Según explican, el nivel de la renta media de los trabajadores condiciona la penetración de los coches eléctricos provocando que no sean accesibles para una gran mayoría de la población. De hecho, en este sentido, Europa lleva una doble velocidad; mientras los países con mayores rentas cuentan con una gran penetración de estos modelos, en los de menor poder adquisitivo, la cuota es muy baja.

Es por eso que los fabricantes europeos remarcan que «a pesar de los esfuerzos legislativos de la UE para reducir las emisiones de CO2 de los vehículos, existe una notable falta de iniciativas tanto en los propios estados como en la UE para acelerar la aceptación del mercado de los coches eléctricos«.

cuota de mercado electricos ACEA Motor16

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Países con mayor cuota de vehículos electrificados

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En el extremo opuesto, las mayores cuotas de mercado de vehículos electrificados en 2022 se registran en Suecia (56,1%; 35.486 euros de renta media), Dinamarca (38,6%; 39.274 euros), Finlandia (37,6%; 33.155 euros), Países Bajos (34,5%; 40.312 euros) y Alemania (31,4%; 32.850 euros).

ACEA reclama a las instituciones que se tomen decisiones para que la penetración del vehículo eléctrico sea real en toda la Unión Europea. «Acelerar la instalación de puntos de recarga de coches eléctricos en todo el continente, especialmente en países donde la infraestructura es notablemente deficiente, es solo una de estas medidas. Además, los incentivos de compra, que ayudan a aliviar los desafíos respecto al precio que enfrentan los consumidores europeos, pueden estimular aún más la transición de Europa hacia un futuro de cero emisiones netas.