Siempre hemos tenido al Evoque como un Land Rover 'de verdad' -durante su presentación en 2011 cerca de Liverpool ya pudimos descubrir unas asombrosas posibilidades fuera del asfalto-; pero, coincidiendo con su renovación hemos sometido al pequeño de los Range Rover al test 'off road' definitivo, empleando para ello las exigentes instalaciones de Les Comes en Barcelona. Cuesta creer que un SUV pase por donde lo hace el Evoque, incluso si hablamos de la versión 2WD, que también sorprende por su agilidad, pues comparte los generosos ángulos de ataque o salida -25 y 33 grados, respectivamente-, o una profundidad de vadeo máxima de 50 centímetros.
Dos sistemas de tracción total
El rendimiento óptimo se alcanza en el Evoque 4WD, disponible con dos sistemas de tracción total: Standard Driveline y Active Driveline, este último de serie en las versiones Si4 de gasolina -opcional con el motor Td4-, que reparte de modo inteligente la fuerza entre dos o cuatro ruedas y estrena un control de reparto de par en curva que envía más par a la rueda trasera con mayor agarre.
Además, el Evoque 2016 completa el sistema Terrain Response conocido -permite elegir entre varios programas según el terreno por el que circulemos- con el ATPC (All-Terrain Progress Control), que mantiene automáticamente una velocidad muy baja -de 1,8 a 30 km/h, ya sea hacia adelante o marcha atrás-, regulable mediante los mandos del control de crucero del volante. Y a velocidades hasta 10 km/h, el curioso Wade Sensing permite controlar -incluso en plena noche- la profundidad de vadeo gracias al trabajo de sensores y cámaras exteriores. Además, seremos alertados si nos 'sumergimos' en exceso.