La frenada de emergencia forma ya parte del equipamiento de seguridad obligatorio de los automóviles, tras unos años en los que prácticamente todos los coches de gama media y alta lo estaban incorporando. Para ello nacen prueba como la del choque T-Bone.
T-Bone, no se salva ni uno
El problema llegó en las pruebas laterales. En los Estados Unidos han hecho popular una prueba denominada T-Bone, sí igual que el mítico corte de chuletón a la americana.
Se trata de una denominación muy gráfica para hacer referencia al choque habitual en los cruces e incluso en las rotondas en las que un coche impacta lateralmente contra otro. Se trata de un golpe muy delicado que en numerosas ocasiones tiene consecuencias fatales para los ocupantes del coche golpeado lateralmente. Hay que tener en cuenta que a pesar de los airbags laterales la zona de absorción lateral de los automóviles es realmente fina.
A diferencia de la zona delantera donde nos protege el motor o la trasera donde está el maletero, en los golpes laterales la única protección son las puertas.
Estos son los tipos de accidentes más letales en los Estados Unidos y representan el 39,2% del total de muertes en choques que involucran a dos vehículos de pasajeros durante los cuales el vehículo que chocó no se salió de la carretera o perdió tracción
Precisamente los resultados no fueron buenos en este sentido.
