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Officine Fioravanti reinterpreta el legendario Ferrari Testarossa

Hay muy pocos vehículos en el mundo que con solo verlos nos teletransportan directamente a los años '80. Y no cabe la menor duda de que uno de ellos es el legendario Ferrari Testarossa; porque quien haya vivido aquellos maravillosos años, seguro que recuerda el Testarossa blanco que conducía Don Johnson en Miami Vice.

Pero han pasado 37 años desde que la firma de Maranello lanzara al mercado este deportivo, al que actualmente muchos deportivos son capaces de sacarle los colores. Y no hablamos de salvajes máquinas como el Ferrari SF90 Stradale por poner un ejemplo sin salir de Italia, sino que con el nuevo Audi RS 3 también puedes 'mojarle la oreja' sin ningún tipo de problema.

Un 'restomod' en toda regla

Para solucionarlo los expertos de la empresa suiza Officine Fioravanti anunciaron el pasado mes de mayo su intención de crear un sensacional 'restomod' sobre la base de este icónico deportivo. Entonces ya mostraron algunas imágenes, así como desvelaban por donde iban los tiros de su ambicioso trabajo. ¿Mejorar un Testarossa?

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Ahora Officine Fioravanti nos pone los dientes largos con esta verdadera maravilla cuyo exterior se mantiene tal cual. Han conservado el color bianco original y no han tocado ni un milímetro esa bella fachada que en su día fue diseñada por el gran Leonardo Fioravanti cuando trabajaba para el carrocero Pininfarina. Incluso se ha mantenido el único retrovisor lateral propio de las primeras unidades del Testarossa. Y es que Officine Fioravanti ha tomado como punto de partida una unidad de 1984, el primero de la producción de este deportivo.

Mejoras bajo su carrocería original

Pero es mucho más que un Testarossa perfectamente conservado. Y eso se nota por ejemplo en que han desaparecido las llantas de 16 pulgadas originales, las cuales han dejado lugar a unas con el mismo diseño, pero de 17 pulgadas delante y de 18 pulgadas detrás. Estas cuentan con una única tuerca central, se pueden equipar con neumáticos Michelin Pilot Sport 4, 4S o Pirelli P Zero Trofeo R y son vitales para poder albergar tras ellas un equipo de frenos mucho más poderoso que el de origen.

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Y es que se apuesta por un sistema firmado por Brembo y más concretamente por su versión GT3. Palabras mayores. También se han revisado por completo sus suspensiones, porque ahora llegan unos amortiguadores Öhlins con control electrónico, barras estabilizadoras ajustables, sistema de elevación del eje delantero (sube 70 milímetros), un ABS con 12 posiciones de funcionamiento, así como un control de tracción adaptativo que los 'tiffosi' de la época lo hubieran tildado de herejía.

A diferencia de otros muchos 'restomod' que están surgiendo en estos tiempos, la maravilla de Officine Fioravanti mantiene un motor de combustión y no apuesta por una mecánica eléctrica. Tanto es así que mantiene su original 4.9 V12 a 180 grados, porque hay que tener en cuenta que no se trata de un motor bóxer propiamente dicho a pesar de contar con unos pistones enfrentados entre sí. Originalmente esta mecánica era capaz de generar 390 CV de potencia, insuficiente para los días que corren, por lo que Officine Fioravanti ha modificado todos y cada uno de sus componentes, comenzando por el bloque motor y acabando por su sistema de inyección. Pero por el camino hay un nuevo sistema de admisión, un escape personalizado, una gestión mecánica con dos modos de funcionamiento… Y también han elevado su zona roja de 6.800 a 9.000 rpm.

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Gracias a todo ello su corazón ha ganado 120 CV para alcanzar unos sensacionales 510 CV, suficientes para permitir a este Testarossa del Siglo XXI alcanzar los 323 km/h, que son 30 más que el original.

Aligerado 130 kilos

También su cambio manual de cinco velocidades ha sido actualizado, al igual que Officine Fioravanti ha modificado infinidad de componentes de este Testarossa para que sea nada menos que 130 kilos más ligero que el original. Y eso que la fibra de carbono brilla por su ausencia.

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Si la parte mecánica ha viajado al presente, el interior parece mantenerse anclado en los años '80, pero solo lo parece. Y es que aunque mantiene sus líneas originales, sus clásicos relojes Veglia Borletti, sus interruptores de antaño y demás, esta maravilla luce un exclusivo tapizado en cuero debidamente tratado y acabado a mano, con el que incluso se ha fabricado un juego de bolsas de viaje a su imagen y semejanza. También hay nuevos mandos para controlar sus nuevos controles electrónicos y un sistema de conexión Bluetooth, debidamente mimetizado como un clásico teléfono colocado a la derecha del salpicadero que mantiene la esencia de este Testarossa cuyo precio no ha sido desvelado.

Pero no pienses que será barato.