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La multa de la DGT de hasta 3.000 euros que muy pocos conocen

Cualquiera diría que una de las actividades más cotidianas como escuchar música en un espacio privado como es tu coche puede acarrear una multa… y no precisamente baja. «Súbeme ese temazo que me vengo arriba», «dale más caña que me motivo» u otras frases varias que todos hemos pronunciado, aderezados por los acordes de una de nuestras canciones favoritas, tiene ahora un precio para la DGT, que cifra los decibelios extra en el vehículo, sin exagerar, entre los 100 y hasta los 3.000 euros según el nivel de ruido y contaminación acústica que se pueda llegar a alcanzar. Sí, una multa de 3000 euros.

Desde el sentido común, el volumen extremadamente alto es una cuestión vinculada a la molestia que puede causar en los viandantes, pero también a los propios conductores, a los que supone una distracción fatal en muchos casos todos los años.

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Las manos, donde pueda verlas

Con la entrada en vigor de la modificación de la Ley de Tráfico los agentes tienen la potestad de abrir expediente sancionador a cualquier conductor que tenga un dispositivo sujeto en la mano. Hasta la fecha la multa era por uso, por lo que un guardia civil o un policía tenía que captar el momento exacto en el que el conductor utilizaba el teléfono móvil para poder sancionar. Ahora, en cambio, se esté usando o no, ya será motivo suficiente para ser multado.

Con el avance de las nuevas tecnologías ha proliferado la aparición de aplicaciones móviles que permiten la escucha de música, incluso sin conexión a internet, propiciando que los conductores utilicen sus móviles para escuchar música desde el dispositivo mientras conducen, evitando la recurrida radio. De modo que para elegir o cambiar la canción, en algunos casos, se debe coger el teléfono y manejarlo con las manos mientras se conduce. La música, por tanto, puede hacernos caer en más de un craso error en la actualidad.