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Prepara tu coche para que el frío no te deje tirado una mañana de invierno  

El invierno es una de las estaciones más delicadas para la mecánica del automóvil, tanto el frío como la lluvia afecta a la mecánica del automóvil mucho  más de lo que parece. Pero hay una serie de cuidados con los que podemos ayudar a que nuestro coche sobreviva a estas fechas sin incidencias y sobre todo sin que nos deje tirados de buena mañana.

Frío, el enemigo de tu coche

En paralelo a las revisiones oficiales que hay que realizar en el coche, habitualmente anuales, existe otro tipo de hábitos y controles que pueden ayudarnos a evitar problemas y que una fría mañana de invierno nos encontremos con que el coche no arranca. Pasar la ITV es otra buena manera de verificar el correcto estado mecánico de tu coche.

En paralelo y por descontado este tipo de controles puede ayudarnos a mejorar la seguridad al volante para que no tengamos problemas que pueden afectar tanto a órganos vítales como son los neumáticos.

En este artículo te ofrecemos cinco consejos de mantenimiento muy sencillos que debes tomar para enfrentarte al invierno con total seguridad.

Neumáticos, oro negro:

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Por supuesto que la presión de los neumáticos es una de las claves, especialmente en estas fechas en las que el agua o la nieve pueden hacer que la adherencia de nuestros neumáticos sea crítica. Prepárate para el frío.

Más allá de la presión hay que verificar el buen estado de la goma, que no debe estar cuarteada ni presentar ‘huevos’ o rajas vivibles. Más allá de la seguridad vital conviene saber que si la Guardia Civil aprecia el mal estado de un neumático puede ponerte una multa que no es precisamente barata, pues puede ser de hasta 200 euros por goma.

Si te toca cambiar de neumáticos es buen momento para que valores montar uno all season con especificaciones M+S, que aseguran una adherencia extra incluso sobre nieve, pues con ellos no es necesario montar cadenas aunque entremos en zonas en las que son obligadas. Contrariamente no son más caros que unos neumáticos normales y no se desgastan antes, pues se trata de compuestos que ya son válidos para todo tiempo.

Iluminación:

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En invierno baja el número de horas de luz y la visibilidad se vuelve crítica, por lo que es obligatorio revisar en profundidad el buen estado de los faros y de la iluminación de los coches. Es tan sencillo para que con la ayuda de alguien vayas verificando que todas las luces funcionan. No te olvides de los faros antiniebla ni de los intermitentes, pues la Guardia Civil te puede multar por el mal funcionamiento del sistema. Todo listo para el frío.

Visibilidad:

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Comprueba el buen estado del parabrisas delantero así como de los limpiaparabrisas, en caso contrario la DGT puede ponerte una multa de hasta 200 euros. Si el parabrisas tiene un picotazo o una raja debes sustituirlo de inmediato o arreglarlo si aún es posible, pues si afecta a la visibilidad también es motivo de sanción.

Los limpiaparabrisas deben sustituirse una vez al año para asegurar su correcto funcionamiento y su buen estado, el problema es que sólo nos acordamos de ellos cuando llueve… y entonces el problema para la seguridad puede ser muy importante.

Batería:

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Antes de fallecer por completo la batería avisa, por lo que conviene estar atento. Las averías eléctricas son las más habituales en los coches en invierno. Si está estropeada o no tiene la carga correcta  el coche no arranca bien. Debe estar atento por la mañana si notas problemas de arranque o que le cuesta ponerse en funcionamiento conviene que lo lleves a un taller para que verifiquen su estado.

Cuando la batería falla ya suele ser demasiado tarde y puede que te quedes sin iluminación o que algún órgano clave deje de funcionar correctamente, lo que significa que deberías haber estado pendiente de sustituir la batería con anterioridad.

Frenos:

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En este caso tu oído puede ser de gran ayuda. Si notas algún ruido extraño al frenar o incluso un chirrido muy intenso puede ser señal de un problema de frenos que debes revisar de inmediato. Circular con las pastillas gastadas además de un problema de seguridad puede provocar que se deterioren los discos de freno, lo cual se trata de una avería mucho más cara que la que habríamos tenido si hubiéramos cambiado tan sólo las pastillas inicialmente.