Con la llegada del invierno, las bajas temperaturas hacen acto de presencia. En mas de una ocasión te habrás dirigido a coger el coche, y el hielo o la nieve, impiden que circules y acudas a tus compromisos cotidianos. Y es que el frio, puede alterar nuestras vidas deforma crucial, en tanto que afecta a la propia constitución de los materiales y a diversos elementos que conforman nuestro entorno. El coche, como herramienta, también se ve perjudicado por el frio.
Así que, no basta con que tomes precauciones para mantener el coche en condiciones o conducir en estas circunstancias adversas. Has de tener siempre en cuenta que puede ser un mal aliado, y dañar partes del vehículo cuando lo mantienes estacionado a la intemperie.
Daños del frio en los coches
El frío afecta a los coches de muchas maneras, no solo en lo que se refiere al motor. De hecho, si el coche pasa las noches a la intemperie, aparcado en la calle, por ejemplo, notaremos los efectos del frío en distintos componentes vitales.
El parabrisas es el primer elemento del coche que veremos afectado por el frío, ya que, por debajo de 0 ºC, se formará hielo durante la noche, que eliminaremos de forma rápida y segura. De no hacerlo correctamente, podemos encontrarnos con las escobillas pegadas al hielo, que se resentirán.
Las gomas, los sellos, burletes y molduras, las correas y los manguitos del motor, o los propios limpiaparabrisas, van a perder elasticidad por debajo de los 10ºC.
Los neumáticos perderán presión a razón, aproximadamente, de 0,07 bares por cada 5 ºC que descienda la temperatura, así que hemos de tenerlo muy en cuenta a la hora de ponernos en marcha, puesto que eso influirá definitivamente en la capacidad de agarre de estos.
