En los días con viento, nuestro coche también puede ser vulnerable. A veces pensamos que este azote de la climatología no nos afecta. Hay mil cosas peores que nos pueden molestar más que una ráfaga fuerte, sin embargo todo en exceso puede ser perjudicial… y peligroso.
Las ráfagas del viento pueden comprometer la estabilidad del coche, provocando accidentes. Por eso es importante sujetar con firmeza el volante en estas circunstancias, tener especial cuidado al adelantar a un camión a la salida de un túnel y estar atentos a las rachas de viento, fijándonos en la vegetación, nubes de polvo o banderas para conocer su dirección e intensidad.
1La DGT pide especial atención al viento en estos casos
Con viento fuerte, la DGT señala que la aerodinámica de un automóvil adquiere un papel primordial. Marca definitivamente que el coche corte el viento con solvencia, algo que ocurre con un coche de líneas de carrocería suaves, o por el contrario que suframos los pormenores más crudos de las ráfagas, un defecto más asociado a todoterrenos de grandes dimensiones. En este último caso, habrá que estar más pendientes del fuerte viento.
Pero también, la DGT pone el foco en la carga en el techo. Esto es pura física. La mejor forma de romper la aerodinámica de un coche es mediante la tradicional baca cargada de objetos. Un baúl portaobjetos es siempre mejor si no quieres que dicha baca salga volando al no soportar la presión y que la conducción se convierta en una experiencia peligrosa y muy delicada.
