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Conducimos el Renault Arkana E-Tech. Potencia eficiente

Se ha convertido el Arkana en un gran éxito. Los responsables de la marca francesa ven cómo las cifras de pedidos de su nuevo SUV coupé alcanzan cifras muy respetables, pues en solo dos meses, y sin haberse publicitado suma ya 2.000 pedidos -con 1.300 a clientes particulares-. Eso hace que en el nuevo crossover haya depositadas muchas esperanzas. Y mucho más ahora que llegan nuevas versiones a la gama.

Porque si hasta ahora el Renault Arkanacontaba únicamente con una versión de hibridación ligera de 140 caballos, se suma a ella esta variante E-Tech -híbrido autorrecargable- que con 145 caballos mantiene dinamismo, mejora eficiencia y, sobre todo, consigue un gran aprovechamiento de la parte eléctrica de su tecnología para moverse. Y pronto, todavía más, pues llegará una versión también microhíbrida, con 160 caballos, que será el tope de la gama en cuanto a potencia.

Con este nuevo impulso, el Arkana añade argumentos a los ya vistos en este SUV coupé fabricado en Corea. Un modelo que destaca a primera vista por esa silueta que le da un aire deportivo, aunque con unas dimensiones -4,57 metros de longitud y 2,7 de batalla o 480 litros de maletero- que le dan una versatilidad incuestionable.

Porque en la primera aproximación podemos pensar en el Arkana como la versión coupé del Captur; cuando la realidad es que por tamaño está más cerca del Kadjar, al que incluso supera en capacidad de maletero -472 en el Kadjar frente a los 480 de este Arkana E-Tech o los 512 litros de las versiones microhíbridas-, y ofreciendo un aprovechamiento interior de primer orden para los ocupantes de las plazas traseras, que ni en la medición de las rodillas o la altura a la cabeza van a tener problemas, pues la silueta coupé no compromete la habitabilidad.

La misma plataforma del Clio o el Captur

El Arkana parte de la plataforma CMF-B, la misma de la que nacen los nuevos Renault Clio y Captur o el Nissan Juke. Una base que permite adoptar una gama electrificada -no habrá diésel y todas las versiones tendrán algún tipo de hibridación incluyendo, si la demanda lo aconseja, la posibilidad de una versión híbrida enchufable como en el Captur E-Tech– y hacer una puesta a punto espefíca para el mercado europeo, siempre con unos gustos más dinámicos.

Por eso para este Arkana se han adaptado elementos como la suspensión más firme, una dirección más precisa y unos frenos con más mordiente. Unas especificaciones que casan a la perfección con el estilo del coche, más dinámico y que busca no solo la eficiencia, sino también un comportamiento divertido.

En eso, esta versión E-Tech, que aprovecha todo el conocimiento adquirido por Renault en gestión de la energía en la F-1, combina con sabiduría estas características. Se trata de un híbrido autorrecargable asocia tres motores, un 1.6 de gasolina y dos motores eléctricos para ofrecer un total de 145 caballos de potencia. Y características muy interesantes, como su capacidad para circular hasta 75 km/h en modo eléctrico o unas enormes posibilidades en cuanto a regeneración que le permiten llegar a cubrir hasta un 80 por ciento del uso en ciudad con cero emisiones. Todo ello gestionado por una caja de cambios automática y un programa de gestión de la energía que va combinando de manera inteligente cuándo entra en funcionamiento cada motor en función de las necesidades o las exigencias de cada momento.

El conductor puede seleccionar en la palanca el modo B -muy útil en ciudad- con lo cual aumentará la retención de la frenada y la recarga de energía en la batería de 1,2 kWh. U optar por el modo D, en el que la retención es menor y es un progrma más adaptado para carretera. Con cualquiera de los dos, digamos que el objetivo es la eficiencia, lo que se traduce en un consumo medio de 4,9 l/100 km o unas emisiones de 111 g/km de CO2 que, además consiguen evitar el pago de impuesto de matriculación. Y se adereza, finalmente, con la etiqueta ECO y todas sus ventajas.

Máxima eficiencia en ciudad y poder en carretera

Con estas premisas nos ponemos en marcha en un recorrido por Madrid. Partimos con una autonomía de 750 kilómetros y como el trayecto es eminentemente urbano, vamos a ver si ese 80 por ciento de capacidad de circular en eléctrico es real. En la urbe, aprovechamos al máximo el modo B, con lo que no tenemos prácticamente ni que pisar el freno. El coche se desliza con cero ruido y cero emisiones, como un eléctrico. Es el momento y el hábitat ideal para sacar provecho a su condición eléctrica. Y de hecho eso se refrenda con las cifras, pues en los algo más de 30 kilómetros que recorremos en este ámbito, la autonomía se mantiene intacta en esos 750 kilómetros; como si no nos hubierámos movido.

Después de esto, abandonamos la ruta fijada y buscamos encontrar ese otro punto más deportivo que ofrecen los 145 caballos y su aspecto. En este recorrido por carretera y autovía descubrimos un buen aplomo, empuje -aunque el cambio no es tan rápido de reacciones como nos gustaría-, y feeling tanto en la dirección como en los frenos. Las suspensiones optan por el confort, aunque con la dureza justa. Y en general el Arkana no muestra su otra personalidad. Esto nos hace bajar la autonomía hasta los 720 kilómetros en los otros 30 de la segunda parte del trayecto. Pero el consumo final -5,3 l/100 km en el recorrido total- nos parece más que atractivo.

Porque con el Arkana E-Tech puedes tener poder y eficiencia o un SUV y un coupé sin necesidad de tener dos coches. Una apuesta inteligente la de Renault que se remata en una gama formada por tres versiones -Intens, Zen y RS Line- cuyos precios de tarifa parten de 27.100 euros, solo 1.350 euros más que el microhíbrido… Y con mucho más que ofrecer.