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Conducimos el nuevo GLB. El SUV más inteligente de Mercedes-Benz

Ya son ocho los modelos compactos que Mercedes-Benz ofrece a sus clientes. El último compacto en incorporarse a esta exitosa saga, que inauguró el primer Clase A y de la que han vendido más de 7 millones de unidades por todo el mundo, es este nuevo GLB, un sorprendente SUV que mide 4,63 metros de largo y que aterriza en los concesionarios con un precio de partida de 42.675 euros (tienen el mismo precio los 200 y los 200d) para posicionarse entre los conocidos GLA (el futuro estará inspirado en este GLB y se va a presentar el próximo 11 de diciembre) y GLC, con los que se lleva 21 y 4 centímetros de diferencia.

Mercedes ha sabido aprovechar hasta el último milímetro de este nuevo SUV, cuya funcionalidad interior es propia de los mejores monovolumen del mercado. Muestra de ello es que la segunda fila de asientos, dividida en partes 60:40 (eso la banqueta, pues el respaldo está partido en partes 40:20:40), presenta una banqueta que se puede desplazar hasta 140 milímetros para jugar con su capacidad de maletero (utilizando los cinco asientos oscila entre 570 y 760 litros), o para ser benévolos con los ocupantes de la tercera fila, que es una opción que ronda los 1.050 euros y que está disponible para cualquier GLB. Compuesta por dos asientos que se ocultan en el piso cuando no se usan (se pierde eso sí el doble fondo y también su maletero se conforma con 500 litros) son bastante aprovechables una vez nos acomodados en ellas, porque el acceso no es su punto fuerte debido la altura del piso del vehículo y porque resta espacio el paso de rueda posterior. Si es cierto que yo, midiendo 1,74 metros de estatura, aún me sobra espacio hasta el techo (Mercedes confirma que la altura máxima para viajar en ella es de 1,68 metros) y permite meter los pies por debajo de la banqueta central para viajar algo más desahogados. Ahora bien, con los siete asientos su maletero se resiente y se queda en unos ajustados 130 litros. No en vano este GLB mide sólo 8 centímetros más que un Mercedes Clase A Sedán.

Tan funcional como un monovolumen

En sus plazas delanteras el diseño recuerda al del actual Mercedes Clase B y ofrece como equipamiento de serie el sofisticado sistema MBUX compuesto por dos pantallas de 10,25 pulgadas, que nos mantienen informados en todo momento y con las que puedes interactuar con avanzados comandos de voz como su famoso 'Hey Mercedes'. A ellas se puede sumar un Head-Up display entre una lista casi infinita de asientes a la conducción, los cuales deberían tener un funcionamiento más suave y menos intrusivo (por lo menos el asistente de cambio de carril), pues en varias ocasiones fue mayor el susto que no dieron que el evitar un posible contratiempo.

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El puesto de conducción es realmente confortable y en segundos te acomodas a la perfección en este SUV cuyos acabados son realmente notables y denotan solidez. Y por si fuera poco, se puede configurar hasta el último milímetro para adaptarse a tus necesidades y gustos.

Cinco mecánicas… Ninguna con etiqueta ECO

Inicialmente la gama estará compuesta por cinco propulsores y comenzamos los primeros kilómetros con un GLB 250 4Matic, una versión animada por un propulsor de gasolina con 224 CV de potencia, acompañado de un cambio automático de doble embrague y con 8 velocidades (parece ser que no habrá ningún GLB equipado con cambio manual) y de la tracción a las cuatro ruedas 4Matic, que varía su entrega de potencia entre ambos ejes en función del programa de conducción elegido: ECO, Comfort, Dynamic… Y también off-road, pues este sorprendente SUV ofrece este paquete como opción y con el es capaz de subirse por las paredes. Además ayudan en gran medida su avanzado sistema de control de descensos o el sistema de visión 360 grados.

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Aunque pesa 1.745 kilos, ofrece unas prestaciones sensacionales (alcanza los 236 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 6,9 segundos) y se mueve con una gran soltura en cualquier circunstancia. Está bien insonorizado, pero es cierto que su gasto es muy sensible al uso. Rondar los 8,5 l/100 km en una conducción normal será habitual con esta mecánica. Por lo que si valoras el gasto igual una interesante versión es el GLB 200, que además nos permite ahorrar un buen pellizco al no obligarnos a equiparlo con la tracción 4Matic y al apostar por una transmisión más 'sencilla' con siete velocidades. Sus 163 CV también ofrecen buenas prestaciones, mientras que su consumo es inferior (homologan 7,9 y 6,9 l/100 km respectivamente en ciclo WLTP). Otra opción interesante son sus alternativas diésel, porque este SUV compacto también aterriza en versiones 200d, 200d 4Matic y 220d 4Matic. Ninguno de ellos desentona también en cuanto a las prestaciones con sus 150 y 190 CV de potencia respectivamente, mientras que su consumo es un punto a su favor, porque con un 220d 4Matic es sencillo bajar hasta los 6,0 l/100 km en un uso real (anuncia 5,7 l/100 km en ciclo WLTP). Ahora bien, su funcionamiento es algo más áspero que las versiones de gasolina, al igual que transmiten un ruido más 'feo' al habitáculo. Pero no hay que alarmarse por nada de esto, más si elijes el sistema de sonido opcional firmado por el especialista Burmester.

Un deportivo disfrazado de SUV

Si el consumo no es algo prioritario y además la economía no aprieta (por el momento no se ha desvelado su precio para España), la opción ideal es el AMG 35 4Matic, porque además de proporcionar unas prestaciones envidiables (alcanza los 250 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 5,2 segundos), ofrece una dinámica sensacional (ojo porque cualquier otro GLB va de maravilla, aunque también es cierto que todas las unidades que condujimos equipaban suspensión adaptativa que varía su dureza en función del modo de conducción elegido). Parte de la culpa recae en la puesta a punto del chasis por parte de AMG, además de que tiene un sistema de tracción total que da un mayor protagonismo al eje posterior que en el resto de versiones.

Desde unos mandos en el propio volante se puede elegir el modo de conducción, entre los que se encuentran los Sport y Sport+, como sus hermanos mayores. En este caso las suspensiones se tornan bastante firmes y transmiten todas y cada una de las irregularidades del asfalto, pero en Comfort es mucho más agradable. Y eso que equipa unas gomas 235/50 R19.

Curioso es que ninguna de las mecánicas empleadas por el Mercedes GLB emplee la tecnología EQ Boost de 48 voltios que la firma de la estrella reserva para el Clase C en adelante. Si bien, no sería descabellado pensar que podrían usar más adelante una variante híbrida enchufable compartida con los 250e que ya se han dado a conocer.

Pues para que te hagas una idea aquí tienes sus precios para España:

– Mercedes-Benz GLB 200 DCT-7G 163 CV: 42.675 euros.

– Mercedes-Benz GLB 250 DCT-8G 4Matic 224 CV: 55.000 euros.

– Mercedes-Benz GLB 200d DCT-8G 150 CV: 42.675 euros.

– Mercedes-Benz GLB 200d DCT-8G 4Matic 150 CV: 45.000 euros.

– Mercedes-Benz GLB 220d DCT-8G 4Matic 190 CV: 47.350 euros.