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Conducimos el Ford Mustang. Para apasionados

El Ford Mustang cada vez se acerca más a los gustos europeos pero manteniendo el carisma y la imagen legendaria de los Muscle Cars americanos. En realidad la fuerte imagen del caballo al galope que identifica al Mustang y las líneas bastante fieles al modelo original son ya los únicos nexos de unión con ese icono de antaño. Porque ahora el Mustang de Ford es un deportivo de raza con características de deportivo de raza, y no solo con fachada. Y si ya en 2015 el Mustang llegaba a Europa medio adaptado al cliente europeo, mucho más exigente en aspectos como el comportamiento, el acabado o la presentación, es ahora en esta nueva evolución cuando el deportivo americano ofrece un equilibrio excepcional manteniendo un precio imbatible.

Las mejoras exteriores más significativas del Mustang que llega hay que buscarlas en la estética, con un diseño más estilizado; resistencia aerodinámica, reducida un 3 por ciento; y una tecnología de iluminación al mejor nivel, con faros y pilotos de freno LED y nueva luz día. El Mustang también estrena tres nuevos colores y más posibilidades de personalización. A nivel mecánico el mítico deportivo americano ha mejorado el rendimiento del motor V8 que pasa de 420 a 450 caballos por lo que se mejora en dos décimas la aceleración de 0 a 100 km/h en la versión Fastback de cambio manual. Con esta configuración, el Mustang V8 también consume menos ya que la cifra media pasa de 13,5 a 12,4 l/100 km. El motor EcoBoost de cuatro cilindros y 2,3 litros de cilindrada también ha sufrido cambios importantes ya que al tener que adaptarlo a Euro6 ha perdido 30 caballos de potencia para anunciar 290 caballos en vez de 320, sin embargo la aceleración de 0 a 100 km/h se mantiene en 5,8 segundos, aunque el consumo aumenta ligeramente de 8,0 a 9,0 l/100 km.

Con suspensión MagneRide

Ambos motores los hemos probado por carreteras de montaña de la Costa Azul francesa dotados del nuevo cambio automático de 10 velocidades. Se trata de un cambio que recientemente ha estrenado el Ford Edge en configuración de 8 marchas y que poco a poco se irá integrando en parte de la gama. La nueva caja con 10 marchas del Mustang permite un escalonamiento mejor calculado que favorece la aceleración en marchas cortas y el consumo en las largas, manteniendo una respuesta muy coherente y equilibrada en las intermedias. Y lo cierto es que la nueva transmisión, de baja fricción, no da sensación, como en otros cambios similares, de que a menudo el coche no va en la marcha adecuada y hay que forzar manualmente el cambio. El nuevo cambio Selectshift de Ford es rápido y permite configuraciones que optimizan el rendimiento para cada modo de conducción y se adapta en tiempo real a las condiciones de la vía y del tipo de conducción que se realice en cada momento.

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A nivel estabilidad el Mustang ya iba muy bien en la generación que llegó a España en 2015, sin embargo ahora se ha refinado la amortiguación y se ha añadido en opción la suspensión MagneRide (2.200 euros) y algunos modos de conducción específicos incluido el modo personalizable «My Mode». En cuanto a las mejoras, los ingenieros de Ford han recalibrado muelles y amortiguadores perfilando además una suspensión trasera más firme gracias a unos casquillos mejorados que reducen los movimientos laterales. Además, las estabilizadoras más gruesas controlan mejor el chasis y mejoran la precisión al volante eliminando balanceos innecesarios. El Mustang no llega por poco al tacto de un deportivo alemán de nivel pero ofrece un extraordinario paso por curva, mucho mejor de lo que augura su tamaño (4,79 metros) y su relativa torpeza en el entorno urbano. El legendario deportivo americano ofrece un aplomo especial marcado por un eje trasero multibrazo, un magnífico reparto de pesos y un peso total inferior al de muchos de sus rivales.

Pero los más exigentes encontrarán en el sistema MagnaRide un mayor abanico de posibilidades. Su sistema de funcionamiento consta de un fluido único en el interior del amortiguador que puede estimularse de forma electrónica para ofrecer una mayor o menor resistencia dependiendo del modo elegido. De esta manera, los sensores monitorizan las condiciones más de mil veces por segundo para garantizar una firmeza óptima en cada momento. Y el resultado es fantástico porque su tacto no resulta artificial, sujeta el coche en las curvas más cerradas y permite seleccionar una posición cómoda manteniendo la eficacia si se presentan curvas imprevistas. Y respecto a los modos adicionales de conducción que se suman a los: Normal, Sport, Circuito y Nieve/Mojado, reciben la denominación «Circuito de Aceleración», que mejora el rendimiento en arranque y recorridos de cuarto de milla en circuitos de aceleración; y el denominado «My Mode», que permite a cada conductor elegir una configuración personalizada además de modificar el sonido del escape. En este aspecto, la nueva tecnología de escape activo «performance» permite por primera vez que el conductor adapte la intensidad del sonido del escape del Mustang a las circunstancias e incluso a su estado de ánimo ya que se ofrecen cuatro modos: Silencioso, Normal, Deportivo o Circuito. Además de un modo de arranque denominado «buen vecino» para poder arrancar por la mañana el V8 sin armar una escandalera que despierte a todo el barrio.

Calidad premium en el interior

En el interior el Mustang muestra más calidad y acabados Premium en los que abunda el aluminio y opciones desconocidas hasta ahora como el volante calefactable o los asientos en cuero ventilados y calefactables. Además, tras el volante el nuevo Mustang estrena un panel de instrumentos digital y personalizable de 12 pulgadas con numerosa información como temperatura de la culata, del aire de admisión o de la cabeza de los cilindros. Y también habrá la posibilidad de programar con animaciones estilo videojuego.

El Mustang estrena sistemas de seguridad como el Control de Crucero Adaptativo, y tecnologías como el Aviso de Abandono de Carril o la Ayuda de Mantenimiento de Carril. Y Ford está convencida de que todo ello contribuirá a una mejor puntuación de seguridad Euro NCAP. El deportivo americano también incorpora el sistema de comunicaciones y entretenimiento SYNC 3, que permite controlar las funciones de audio, navegación y climatizador, así como los smartphones conectados.

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El Mustang en versión Bullit, que ha sido presentado recientemente en el Salón de Ginebra, llegará a España a finales de año a España con 468 caballos. Pero ya en junio estarán disponibles las versiones GT 2.3 EcoBoost de 290 caballos con cambio manual desde 41.300 euros, a los que habrá que sumar 4.000 euros si uno se inclina por la carrocería convertible, 3.000 más si se elige el cambio automático de 10 marchas y 8.000 más si se prefiere el motor V8. Unos precios más que competitivos que, teniendo en cuenta las novedades, obligan a plantearse muy seriamente un Mustang como alternativa a un deportivo tradicional.

Sobre todo si tenemos en cuenta que por 58.500 euros te llevas a tu garaje un Mustang V8 de 450 CV con cambio automático de 10 marchas y suspensión regulable MagnRide cuando por ejemplo uno de los rivales más baratos, el Lexus RC F con una potencia y tamaño similares, cuesta 88.000. En el caso de un rival alemán, un Porsche 911 Carrera GTS PDK, cuesta 144.000, la factura de un Maserati Ghibli S asciende a 100.000 euros. Y por un BMW M4 Coupé, mucho más pequeño aunque también más deportivo, habría que desembolsar 95.000 euros.