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domingo, 15 diciembre 2024

Calor y frenos. Mala combinación para no ser revisados a fondo

Con temperaturas ambiente por encima de los 30 grados, la capacidad de refrigeración de los frenos de tu coche se reduce. Calor y frenos no suelen llevarse bien, de forma que no los dejes a la suerte y echales un vistazo antes de tus vacaciones.

Cuando estamos a pocos días de que se inicie una nueva oleada de viajes por las carreteras españolas debido las esperadas vacaciones veraniegas, vamos a echar un vistazo al equipo de frenada de tu vehículo. Y es que calor y frenos no suelen ser una combinación ganadora. Pero siempre ten en cuenta que este componente fundamental en tu coche debe ser comprobado a menudo. No sólo cuando le ‘echen un vistazo’ en la ITV o días antes de emprender tu viaje de vacaciones, sino de manera habitual.

Frenada de emergencia. Calor y frenos.

Calor y frenos no suelen llevarse bien. En las épocas de mayor calor es cuando más solemos conducir y realizar viajes más largos. Estos viajes también es habitual hacerlos con el coche más cargado, de forma que este componente fundamental en tu coche soporta un sobreesfuerzo extra. Y por ello debes tener tus frenos siempre en perfecto orden de revista.

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Calor y frenos no se llevan bien

Si la temperatura en el ambiente es elevada, por encima de los 30 grados, la capacidad de refrigeración de los discos de freno y de las pastillas se reduce exponencialmente. Este exceso de calor también repercute de forma directa con el líquido de frenos. Y aunque este componente puede trabajar con algunos grados adicionales, lo conveniente es que no se así.

En este sentido calor y frenos no se llevan bien, porque es mucho más complicada la evacuación del calor con estas altas temperaturas. Al producirse este aumento en la temperatura del equipo de frenos, es probable que los discos puedan llegar a sufrir una deformación. No solo eso, sino que hasta el líquido de frenos puede llegar a hervir. Y en el caso de llegar a este extremo, los frenos pueden llegar a no funcionar como deberían.

Con las altas temperaturas, los frenos pueden sufrir sobrecalentamiento debido al rozamiento contra el disco. En este caso tendremos una frenada menos efectiva, de forma de ‘la vital importancia del buen estado del sistema de frenos para la seguridad del vehículo y de sus ocupantes’.

En este sentido, si tras la ola de calor que sufriremos este verano, donde las temperaturas serán mucho más elevadas de lo habitual, observamos síntomas como ‘ruidos o vibraciones al tocar el pedal del freno, que este se hunde más de lo normal, que está excesivamente duro o que se pierde capacidad de frenado, deberíamos someter al sistema de frenos a una revisión completa lo antes posible’.

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