Fue en 2019 que los limites de velocidad en carreteras convencionales se modificaron para reducir los efectos de la siniestralidad en las estadísticas de victimas mortales por causa del exceso. Y un año después, esta reducción, se aplicó a los limites en ciudad, con la misma intención, además de intentar activar políticas de carácter comunitario frente a las emisiones de gases en centros urbanos sobrecargados.
A fecha de hoy, ya son varias las organizaciones civiles de consumidores, entre las que destacan los talleres asociados, y desde las que se pone de manifiesto la implicación mecánica de estos limites bajos de velocidad, y otras de carácter publico, como la Federación de Municipios, desde la que no se renuncia a seguir con estos limites, ya que se ha detectado la efectividad en cuanto la reducción de siniestros de gravedad, en un 10 %.
Averías en coches viejos
Estas declaraciones ponen acento en la polémica cuestión sobre los limites de velocidad urbanos, ya que si bien es cierto que la siniestralidad esta a la baja, y es positivo, desde el sector mecánico se afirma, que los coches, a la hora de someterlos a regímenes tan bajos y de manera continuada, sufren averías muy caras, especialmente los mas viejos.
Y se da el caso de que el parque móvil español cada año lo es mas, llegando a superar la edad de 14 años de media.
Y siendo los datos de siniestralidad favorables, pocas objeciones se pueden poner al legislador, pero desde el sector mecánico también dejan claro los tipos de averías que esto provoca en un parque automovilístico caducado. Existen mecánicos que aseguran que, circulando a baja velocidad durante un largo periodo de tiempo, se pueden ocasionar averías en nuestros vehículos, sobre todo en elementos como el filtro de partículas y el embrague.
