Aquaplaning y accidentes… Sin duda, esta es una relación demasiado frecuente. La función principal del patrón de dibujo que caracteriza a nuestros neumáticos es expulsar el agua. El patrón es, precisamente, el responsable último para que nada falle y puede afectar a la zona de contacto con la carretera en condiciones húmedas, dando agarre y tracción.
Cuando se circula a gran velocidad por carreteras mojadas, se puede formar una cuña de agua entre el neumático y la superficie de la carretera. ¿Qué consecuencias tiene? El neumático pierde contacto con la vía y el vehículo deja de responder al volante… un fenómeno que, ya podías intuir, se conoce como aquaplaning o hidroplaneo.
1El aquaplaning… no es precisamente cuestión de suerte
El conductor pierde el control del vehículo y es incapaz de frenar, de girar el volante o de acelerar… Parece casi imposible hacer frente a este problema. ¿O sí? Realmente se da con mayor probabilidad cuando se acumula lluvia intensa en la superficie de la carretera, pero también puede ocurrir cuando el asfalto es tan irregular que hace que se formen grandes charcos de agua estancada.
Ojo porque hay diferentes maneras de reducir las posibilidades de sufrir un accidente provocado por aquaplaning y no dejar este efecto al albur de la diosa fortuna: mantener los neumáticos inflados con la presión correcta, controlar la profundidad del dibujo para no rodar por debajo del mínimo legal de 1,6 mm, revisar tus neumáticos regularmente, cambiarlos a tiempo y, como es normal, reducir la velocidad en condiciones húmedas.