En España se producen cada año cerca de 10.000 atropellamientos de personas, la mayoría dentro del casco urbano. Pero para evitarlos, el amigo del peatón siempre ha sido el paso de cebra. Los hay de muchos tipos, se han probado hasta en versión 3D y en ciertas ocasiones se usa otro tipo de color de pintura para diferenciar a los tradicionalmente blancos. Por ejemplo, un paso de peatones amarillo para indicar obras en una zona muy próxima.
Son delimitaciones que indican una zona de tránsito peatonal en la que los conductores de vehículos deben dejar paso a los viandantes, pero esto no quiere decir que la gente pueda hacer lo que le de la gana al cruzar los miles de pasos de cebra que vemos en nuestro día a día. Hay que seguir unas normas esenciales siempre, hasta para realizar una acción tan cotidiana y básica como esta.
Si vas en bicicleta, no cruces así el paso de peatones
Durante la pandemia el uso de la bicicleta se interpretó como una válvula de escape para esquivar el confinamiento, provocando un desestocaje masivo de modelos que tardaban meses en llegar. No exageramos. De los más de 10 millones de personas que utilizan la bicicleta, en 2021 cerca de 7,7 millones la usaron durante la pandemia y, entre ellas, 700.000 han empezado a emplearla en el último año. Eso hace que haya que poner el foco en los nuevos ciclistas.
Un error básico que cometen, por ejemplo, es cruzar la calle o la calzada por el paso de cebra sin bajarse de la bicicleta y ejerciendo prioridad de paso sobre el resto de vehículos. Esto no debe suceder porque además tienen prohibido circular por aceras y zonas peatonales. Sería injusto meter en el mismo saco a todos los ciclistas, ya que muchos conocen y respetan la norma, pero hay otros que la ignoran o incumplen a propósito… con serias consecuencias.
