Si tienes ya una edad y estudiaste con la EGB de fondo, quizás recuerdes que muchos camiones y furgonetas de reparto de tu barrio eran habitualmente de la marca EBRO. Y tuvieron un gran protagonismo, hasta que en 1987 este fabricante desapareció. Ahora la legendaria marca EBRO resurge y ha presentado en la última edición del Salón de Barcelona su primer prototipo eléctrico.
Se trata de un atractivo y práctico pick-up destinado principalmente a un uso profesional, aunque no se descarta también un perfil recreacional para disfrutar del ocio, como también suele ser habitual en este tipo de vehículos.
Se fabricará en 2024 en Barcelona
Pese a que se trata de un prototipo, la idea pasa por comenzar su fabricación en serie en la recta final de 2024. Y lo hará en la Zona Franca de Barcelona, en lo que hasta hace poco eran líneas de producción de Nissan. De esta forma EBRO regresa a sus orígenes, ya que en 1954, año en que se fundó, las sedes estaban en Barcelona, Madrid y Avila.
“Es un momento histórico para nosotros y para el sector de la automoción en España y en Cataluña. Tenemos un proyecto ilusionante que generará puestos de trabajo para producir vehículos industriales eléctricos que contribuyan a la movilidad sostenible también en el sector profesional”, afirma Pedro Calef, CEO de EBRO.
El Automobile Barcelona fue testigo del resurgir de EBRO. La legendaria marca de vehículos industriales y agrícolas, que pronto cumplirá el 70 aniversario de su fundación, se presentó por primera vez ante el público de la Ciudad Condal, protagonizando una gran curiosidad entre los asistentes.
Reactivar la planta de la Zona Franca
El inicio de la actividad de la marca también ha venido acompañado del anuncio de la fabricación de una pick-up totalmente eléctrica, prevista para el cuarto trimestre de 2024. Será el primer vehículo que EBRO produzca en serie en la fábrica D-Hub de Zona Franca y supone toda una novedad en el sector de la automoción en Europa.
A raíz de este proyecto, EBRO incorporará de forma directa a su plantilla a 150 personas en los próximos años, principalmente para las áreas comercial y de marketing. Asimismo, contribuirá de forma indirecta a la contratación de alrededor de 1.200 empleados de la bolsa de reindustrialización de la antigua planta de Zona Franca.
“Es un momento histórico. EBRO marcó una época en nuestro país y contribuyó a la industrialización de uno de los corazones productivos del sector. Precisamente ahora, después de que se detuviera este corazón que fue durante tantas décadas la Zona Franca de Barcelona, iniciativas como la nuestra están permitiendo que recupere el pulso. Tenemos un proyecto ilusionante que generará puestos de trabajo para producir vehículos industriales eléctricos”, explicó Calef.
En el transcurso de la presentación se desveló en primicia mundial el prototipo EBRO Pick-Up, que prefigura el primer vehículo de serie 100% eléctrico de la marca, y que estará destinado inicialmente al sector profesional e industrial.
EBRO pick-up con 440 kilómetros de autonomía
El EBRO Pick-Up puede circular en tracción trasera o con tracción total a través de dos propulsores eléctricos que desarrollan 220 kW (299 CV), alimentados por una batería de iones de litio de 100 kWh de capacidad (esta es la más capaz del mercado pick-up). La autonomía homologada es de hasta 440 kilómetros.
Con unas dimensiones de 5.218 milímetros de alto, 1.848 de ancho y 1.785 de alto, este vehículo ofrece un amplio espacio interior para acomodar a cinco personas, así como una práctica plataforma de carga que resuelva las necesidades de los trabajos, tanto en el campo como en la ciudad.
El EBRO SxS del Dakar
Por otra parte, en el estand de la marca los visitantes también pudieron ver el todoterreno ligero (SxS) de EBRO que ejerció de ‘Coche 0’ abriendo el recorrido del Rally Dakar 2022. Su participación fue toda una novedad en la historia del rally más duro del mundo y un gran hito para EBRO en los primeros pasos de su refundación.
Este side-by-side de competición tiene una potencia de 150 kW (201 CV) y 390 Nm de par máximo, con una autonomía de 200 kilómetros, motivo por el cual a mitad de cada etapa debía cambiar sus baterías para completar el recorrido.