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Conducimos el Audi A4 Avant G-Tron. Una gran soluciĆ³n

El gas se estĆ” imponiendo como soluciĆ³n inmediata a ese horizonte apocalĆ­ptico de ciudades cerradas al trĆ”fico de coches. Tanto el GLP (gas licuado de petrĆ³leo) como el GNC (gas natural comprimido) son alternativa por consumo y por eficiencia a modelos diĆ©sel. Y con la ventaja de que son menos contaminantes sobre todo en los temidos Ć³xidos nitrosos por los que los diĆ©sel se han convertido en tan impopulares en los Ćŗltimos tiempos.

Conseguir que un motor funcione con gas o gasolina no ofrece, ademĆ”s, problemas tĆ©cnicos de gran calado. Bastan ciertos ajustes en pistones o vĆ”lvulas para adaptarlos a la presiĆ³n a la que deber funcionar el gas para que el motor rinda a la perfecciĆ³n. Un control electrĆ³nico reduce la elevada presiĆ³n del gas natural comprimido que llega desde el depĆ³sito a 200 bares hasta unos 5-10 bares, que es la presiĆ³n a la que debe trabajar en el motor. Y ese 'simple' mecanismo permite dar una soluciĆ³n de movilidad, ecolĆ³gica y a un precio razonable en mucho menor tiempo y con un menor coste que otros desarrollos tecnolĆ³gicos en los que trabaja la marca alemana: electrificaciĆ³n, cĆ©lula de combustible o la tecnologĆ­a mild hybrid, que introduce sistemas elĆ©ctricos en motores de combustiĆ³n, cuyo primer paso veremos en el nuevo Audi A8.

GNC, menos coste y total seguridad

Audi, en esta guerra del gas ha apostado por el GNC como combustible alternativo a la gasolina. Un carburante que ofrece ventajas como su menor coste, su bajo contenido en emisiones contaminantes, incluyendo las 0 partĆ­culas que emite y su total seguridad. En Audi, ademĆ”s, han dado un paso mĆ”s, pues la marca alemana fabrica e-gas a partir de agua y diĆ³xido de carbono utilizando electricidad verde o derivada de materiales reciclables, tales como la paja o residuos ecolĆ³gicos. Gracias a ello, en Alemania, un g-tron puede ser prĆ”cticamente neutral en cuanto a sus emisiones de CO2.

Y todo ello combinado, con las ventajas en autonomĆ­a que ello supone, que ese motor pueda ser propulsado tambiĆ©n e indistintamente, por gasolina. Como corresponde al cachĆ© de la marca alemana, este motor no debe ser Ćŗnicamente un prodigio de eficiencia, sino que debe ofrecer carĆ”cter, rendimiento y maneras deportivas. Por ello, en Audi han elegido el 2.0 TFSI de 170 caballos para aƱadirle la opciĆ³n de gas.

AutonomĆ­a de 900 kilĆ³metros

Con 270 Nm de par disponible desde 1.650 revoluciones, lo se garantiza una respuesta casi instantĆ”nea. Y el resultado en tĆ©rminos de ahorro es sorprendente: el consumo medio de gas oscila entre 3,8 y 4,4 kg/100 km (a unos 0,70 euros el kilo) y en gasolina oscila entre 5,5 y 6,5 l/100 km en funciĆ³n de la medida de los neumĆ”ticos.

Y no pierde ninguna de las caracterĆ­sticas de cualquier Audi equivalente; ni en acabados, ni en equipamientos, ni en sistemas de ayuda a la conducciĆ³n, ni en calidad.

El funcionamiento es sencillo; el coche arranca y circula con gas hasta que la presiĆ³n de este baja de los 6 bares, lo que indica que los depĆ³sitos estĆ”n casi vacĆ­os. Entonces pasa a utilizar gasolina de forma automĆ”tica. No hay transiciĆ³n ni se nota el cambio de combustible. Y con ambos se garantiza una autonomĆ­a de 950 kilĆ³metros (450 con gas y 500 con gasolina) una cifra no demasiado llamativa.

Lo hemos puesto a prueba en una ruta en los alrededores de Munich, donde hemos conducido el A4 Avant con cambio S tronic de siete velocidades -opcional-, que en ningĆŗn momento nos hace pensar que se mueve con otro carburante que no sea la gasolina. Mantiene prestaciones y sensaciones al volante, el motor se estira sin problemas y consigue unos datos muy destacables, como los 8,4 segundos para el 0 a 100 km/h o los 221 km/h.

Si el precio acompaƱa -en Alemania costarĆ” 40.900 euros- el gas es una gran soluciĆ³n.