Volvo Cars se ha asociado con Breathe Battery Technologies (Breathe), para convertirse en la primera compañía del sector del automóvil que consigue acceso a la última versión de su software patentado de carga con algoritmos. Un sistema que la compañía va a comenzar a usar en la nueva generación de sus coches eléctricos.
Al integrar el software de Breathe en la plataforma de gestión de baterías desarrollada internamente por Volvo Cars para optimizar y mejorar el rendimiento de la tecnología de carga, se consigue proporcionar a los clientes de Volvo tiempos de carga aún más rápidos y una experiencia de conducción y carga general mejorada.
Los estudios previos de la marca sueca sobre el rendimiento y la mejora que eso puede suponer hablan de que esperan que la nueva tecnología reduzca el tiempo necesario para cargar un Volvo eléctrico del 10 al 80 por ciento de la capacidad de la batería en hasta un 30 por ciento. Y por supuesto, manteniendo la misma densidad de energía y la autonomía que esa carga puede proporcionar al coche. Y lo mejor de todo es que las mejoras en el tiempo de carga durarán durante todo el ciclo de vida de la batería sin afectar su estado de salud.
La colaboración con Breathe es el resultado de un acuerdo de aprovisionamiento para su producto estrella, Breathe Charge, y representa la última inversión del Fondo Tecnológico de Volvo Cars, la compañía de capital de riesgo del fabricante sueco. Esta inversión -y otras que está llevando a cabo la firma- reflejan la ambición del fabricante sueco de liderar el desarrollo de coches eléctricos premium y convertirse en una marca de coches totalmente eléctricos en 2030.
El software de Breathe controla el tiempo de carga en las baterías de los modelos de Volvo
Breathe es una startup con sede en Londres que desarrolla software de gestión de baterías con el objetivo de contribuir a una electrificación más rápida, mejor y más sostenible. Sus trabajos, a diferencia de la carga tradicional escalonada que se basa en reglas predefinidas, el software de Breathe utiliza una carga adaptativa para controlar dinámicamente la batería en tiempo real, lo que da como resultado tiempos de carga significativamente más cortos.
Mediante algoritmos, el software gestiona el proceso de carga de acuerdo con la salud de la batería para ofrecer la mejor experiencia al conductor mientras se evita el riesgo de formación de litio, lo que puede dañar el rendimiento y la vida útil de la batería. Al reducir los tiempos de carga de los coches, la tecnología logra esto sin necesidad de cambiar el diseño del paquete de baterías o extraer materiales adicionales, sin impactos ambientales adicionales.
La inversión de Volvo en Breathe ayuda a posicionar a la marca para un futuro totalmente eléctrico, pero también se ajusta a las ambiciones de alcanzar emisiones netas cero de gases de efecto invernadero y convertirse en un negocio circular en 2040.
«La inversión y la asociación comercial con Breathe nos ayudan a abordar una de las principales preocupaciones para los clientes de coches eléctricos y hacen que nuestro rendimiento de carga sea aún más competitivo», dice Ann-Sofie Ekberg, CEO del Fondo Tecnológico de Volvo Cars. «Los tiempos de carga más rápidos representan un gran paso en la dirección correcta mientras continuamos impulsando la movilidad eléctrica y la ponemos a disposición de más personas».
El CEO de Breathe Technologies también ha mostrado su entusiasmo con esta asociación. «Estamos muy contentos con este acuerdo con Volvo Cars y apoyamos su viaje hacia la electrificación completa», dice el Dr. Ian Campbell. «Desplegar nuestra tecnología a escala en la plataforma de próxima generación de vehículos eléctricos de Volvo abre puertas a diseños de coches innovadores y mejoras en el rendimiento. Compartimos una profunda pasión por la movilidad eléctrica, y la carga sencilla y rápida es uno de los temas fundamentales para el futuro hacia el que nos dirigimos».
Un futuro en el que la marca sueca, gracias a las inversiones en empresas y áreas tecnológicas que transforman la industria del automóvil, como la electrificación, la inteligencia artificial, la conducción autónoma, la sostenibilidad y el comercio digital, se sitúa en vanguardia.
