La compañía japonesa Toyota no se queda atrás en el desarrollo de la tecnología 100% eléctrica. Sin embargo, puede que sea el fabricante de automóviles que más esta experimentando para encontrar las ansiadas ‘0 emisiones’ con alternativas que van más allá de la electrificación pura y dura por medio de las baterías. Y como seguro ya sabes, el hidrógeno es una de esas vías que está siempre en manos del fabricante japonés, hasta el punto de haber llevado esta tecnología al mundo de la competición como laboratorio donde ponerla en forma.
Más allá del objetivo de conseguir vehículos neutros en CO2 mediante el uso del hidrógeno como combustible, los chicos de Toyota buscan con esta tecnología agradar a los apasionados del mundo del automóvil, ya que los propulsores de combustión interna mantendrían su esencia original. Sin olvidarnos de que de cara al cliente, estos podrían alargar la vida de sus motores.
Toyota quiere llevar esta tecnología a la calle desde la competición
Por si no fuera suficiente, los ingenieros de la casa japonesa han ido un paso más allá en sus prototipos alimentados por hidrógeno. Muestra de ello es que el Toyota GR Corolla de competición ha sido equipado en su vano motor con un filtro que es capaz de absorber el dióxido de carbono de la atmósfera, haciendo que esta innovación de como resultado vehículos que sean negativos en la emisión de CO2. Un paso más que el mero ‘neutro en carbono’ con el que tanto se les llena la boca a otros fabricantes.
Esta tecnología es aparentemente sencilla, porque no demanda ninguna energía extra para funcionar. Dentro del vano motor es donde Toyota ha colocado unos filtros circulares que son capaces de capturar el aire cargado de dióxido de carbono, que junto con el calor residual del motor de combustión y un líquido específico que se puede desechar, es capaz de eliminar ese CO2. Eso significa que esta tecnología se podría trasladar a motores tradicionales y no solo ser empleado por bloques adaptados para poder funcionar con hidrógeno como combustible.
Una tecnología que no es exclusiva de motores alimentados por hidrógeno
Toyota tiene en mente con esta tecnología poder fabricar vehículos capaces de purificar el aire mientras se conducen, pero la tecnología está aún muy lejos de estar a punto. Muestra de ello es que estos filtros capturaron 20 gramos de dióxido de carbono en 20 vueltas (en unos 90 kilómetros). Es mejor que nada, pero recorrer esa distancia con un Toyota Corolla 140H, que tiene etiqueta ECO, que emite 100 g/km de CO2 y que gasta 4,4 l/100 km de media, daría como resultado lanzar a la atmósfera un total de 9.000 gramos de dióxido de carbono.
Toyota está trabajando en el desarrollo de filtros con mayor tamaño, capaces de capturar más dióxido de carbono. Sin embargo, estos serían mucho más complejos de ubicar en el vano motor de un turismo, aunque en un vehículo comercial se podría dar con la solución al problema del espacio.
Toyota aún tiene un largo camino por delante para instaurar esta tecnología
Aunque ese no es el único frente abierto que la compañía japonesa tiene en el desarrollo de esta tecnología. Y es que como hemos dicho antes, además de este filtro, el Toyota GR Corolla está equipado con una disolución que junto con el calor diluye el CO2. Y la pregunta que ahora todos hacen es, ¿qué hacer con ese líquido contaminante cuando haya que reemplazarlo?
