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El sueño del Porsche 924 Turbo Targa que no llegó a buen puerto

La historia de Porsche está marcada por dos elementos icónicos: la carrocería Targa y el turbocompresor. Estos dos elementos, aunque cruciales para la marca, rara vez se combinaron en los modelos transaxle, a excepción del 911 Turbo Targa de la Serie G. Sin embargo, ¿fue esta la única combinación posible? Vamos a explorar si hubo alguna vez un intento de unir estos elementos en modelos transaxle como el 924, 928, 944 y 968.

El desarrollo del Porsche 924 Targa comienza en 1977

Porsche 924 Targa

La idea de una versión Targa del modelo básico 924 parecía un paso lógico, especialmente considerando el éxito de la versión Targa del 912 de cuatro cilindros y del 914, otro vehículo de acceso a la familia Porsche, diseñado desde el principio como un Targa. De hecho, el desarrollo del 924 Targa comenzó en 1977, en una época en la que el 911 Targa ya llevaba años en el mercado.

Al mismo tiempo, se finalizaba el desarrollo de la versión Turbo del 924, que llegaría al mercado en 1979 con 170 CV y una velocidad máxima de 225 km/h. Esta versión Turbo ayudó a cerrar la brecha entre la versión base del 924 de 125 CV y el 911 SC de 180 CV, ofreciendo una opción atractiva para aquellos que querían un modelo transaxle pero no estaban interesados en el 928 con su motor V8 de 4.5 litros y 240 CV.

La tecnología de competición estaba en el corazón del nuevo Porsche 924 Turbo, que utilizaba un turbocompresor de gases de escape, una tecnología ya probada en la competición y en la producción en serie con el 911 Turbo. La publicidad de la época destacaba el vínculo entre el 924 Turbo y su hermano mayor, el 911 Turbo, y todo apuntaba a un éxito seguro.

Motor modificado con 170 CV de potencia

Porsche 924 Targa

El motor EA 831 de 2.0 litros del Grupo VAG fue significativamente modificado y optimizado para soportar el sobrealimentado, incluyendo una nueva culata de aleación de aluminio con componentes de silicio para soportar las altas temperaturas del turbo.

Además, se rediseñó la cámara de combustión, se redujo la relación de compresión, y se instalaron válvulas de escape más grandes y bujías de platino reubicadas. Todo esto permitió un proceso de combustión más eficiente adaptado a las condiciones del Turbo.

Los ingenieros, liderados por Jochen Freund, situaron el turbocompresor KKK 26 lo más cerca posible del colector de escape y canalizaron el aire de sobrealimentación a través del motor hasta el lado de la admisión, lo que obligó a reubicar tanto el alternador como el motor de los faros escamoteables. El resultado fue un incremento del 36 por ciento en la potencia específica, permitiendo al 2.0 de cuatro cilindros alcanzar 170 CV a 5.500 rpm.

‘Exclusividad’ del Porsche 924 Turbo

Porsche 924 Targa

Externamente, el 924 Turbo, designado internamente como Tipo 931 (932 para las versiones con volante a la derecha), era reconocible por los conductos NACA adicionales en el capó, las llantas de aleación de 15 pulgadas y cinco radios, un sistema de frenos más potente y un alerón trasero sobredimensionado. Con una resistencia al aire mínima y un coeficiente aerodinámico de 0,35, el 924 Turbo ofrecía una imagen distintiva y elegante.

En paralelo al desarrollo del 924 Turbo, la marca alemana trabajaba en otra versión del 924: el prototipo Turbo Targa. El desarrollo del 924 Targa comenzó el 1 de mayo de 1977, con dos números de proyecto asignados: uno para los modelos con volante a la izquierda (941) y otro para los de volante a la derecha (942). Desde el inicio, se contemplaron tanto una versión con motor atmosférico como una con motor turbo.

El diseño del 924 Targa consideró varias ideas, incluyendo una sección de techo desmontable manualmente y un concepto completamente nuevo que incluía una sección de cristal deslizante hacia la parte trasera, un concepto que finalmente llegaría a la producción en serie con el 911 Targa de la generación 993.

Al final se apuesta por el enfoque clásico

Sin embargo, se optó por el enfoque clásico de Porsche con barra antivuelco. El prototipo del 924 Targa, basado en un Turbo de 1979, presentaba un brillante blanco alpino con asientos tapizados en tartán, ofreciendo un gran contraste.

Porsche 924 Targa

La línea de techo del prototipo mantenía la esencia del 924 con carrocería cerrada pero con algunas particularidades. Un arco de plástico, ocupando aproximadamente un tercio de la parte superior del techo y hecho del mismo material que la sección Targa extraíble, confería al coche un aspecto armonioso, recordando en cierta medida al 911.

La llave especial para bloquear y desbloquear el techo estaba al alcance de la mano en la guantera, y el odómetro marcaba solo 328 kilómetros. Durante la sesión fotográfica para este reportaje, el coche se empujó a mano, revelando que el prototipo probablemente no se había movido por sus propios medios en mucho tiempo.

Finalmente se abandona la idea

A pesar de la meticulosa integración del concepto Targa, el desarrollo del 924 Targa se detuvo el 29 de febrero de 1980. Los costos estimados eran demasiado elevados y la rigidez de la carrocería era cuestionable. Además, el inminente lanzamiento del 944 (aquí más información) hizo que una versión descapotable de este modelo fuera preferible, incorporando los conocimientos adquiridos durante el desarrollo del 924 Targa en el proyecto del 944 Cabrio.

Porsche 924 Targa

Hubo un segundo intento de desarrollar el concepto Targa en el 924, esta vez con una silueta de tres volúmenes (notchback) y un techo de cristal deslizante. Sin embargo, nuevamente los costos se consideraron demasiado altos, la rigidez de la carrocería no era adecuada y el diseño no terminaba de convencer. La visibilidad trasera era insuficiente con el cristal plegado, y el proceso de homologación se preveía complicado.

Aunque Porsche intentó unir los elementos icónicos del turbocompresor y la carrocería Targa en sus modelos transaxle, estos esfuerzos no llegaron a materializarse en producción en serie, según se recoge en la revista Porsche Fahrer.

La combinación de costos elevados, desafíos técnicos y el lanzamiento de nuevos modelos llevaron a la decisión de no avanzar con estos proyectos. Sin embargo, estos intentos reflejan el espíritu innovador y la búsqueda constante de Porsche por ofrecer vehículos de alto rendimiento y diseño distintivo.