El primer punto que debemos tener claro es que los vehículos eléctricos existen y no son ningún bicho raro. Otra cosa es que todavía hay ciertos miedos, algunos justificados, referentes sobre todo a la infraestructura o a la autonomía. Es cierto que en nuestro país estamos en pañales en cuanto a puntos de recarga públicos, pero poco a poco se van incrementando. Dicho esto, y al tratarse de un segundo coche en la casa, nosotros nos decantaríamos sin miedo por un vehículo eléctrico. Si fuera el único automóvil de la familia nos los pensaríamos ya muy mucho…
En lo referente a los puntos de recarga, los públicos son los que son, pero en tu garaje comunitario no tendrás problemas, más allá de tener que comunicar al presidente y al administrador tu intención de instalar el punto en tu plaza, amén de pagar los costes de la operación y de la obra.
En cuanto al coste, varía lógicamente en función de la tarifa que tengamos contratada, pero en el mejor de los casos, y para que te hagas una idea, el consumo no se dispararía más que el que se pueda producir por el uso de un aparato de aire acondicionado en tu casa. Serían alrededor de unos 2.000 Kwh al año si el recorrido anual fuera de 13.000 kilómetros, que para el bolsillo se traduciría en unos 300 euros extra al año, aunque depende del tipo de carga y de la capacidad de la batería del vehículo. Y en cuanto al tiempo de recarga, varía en función de la toma de corriente. Aquí sí que es necesario una Wallbox que ronde los 7,4 Kw de capacidad para que sea eficaz y rápida.