comscore

Skoda Fabia 1.4 TDI 105 CV Style. Apunta maneras, aun con tres cilindros

He de reconocer que el Skoda Fabia siempre me ha parecido el utilitario más equilibrado del mercado, si bien, no puedo decir que me pareciera bonito, pero sobre gustos… Y además, no soy tan ingenuo de llevar la contraria a los más de 3,5 millones de clientes que han puesto un Fabia en casa a lo largo de sus 16 años de vida.

Llega la tercera generación

Ahora estrena su tercera generación, que es más ancha, pero también más corta y baja que antes para imprimir una mayor sensación de aplomo. A ello contribuye su nuevo diseño y sobre todo las nuevas opciones de personalización, algo muy en boga. El Fabia ya no es ese «patito feo».

Sigue sin ofrecer una carrocería de tres puertas, aunque hay un Skoda Fabia Combi que lleva al extremo la filosofía «Simply Clever», pues con 4,26 metros de largo, presume de un maletero con 530 litros.

Pero este nuevo Skoda Fabia no se queda atrás. Sus 3,99 metros le sitúan en la media del segmento, y se corona líder en capacidad de carga con un maletero de 330 litros -sus rivales oscilan entre los 211 litros de un Suzuki Swift y los 326 de un Hyundai i20-. Tiene rueda de repuesto de verdad, pero al abatir los respaldos traseros, el piso no queda plano.

Interior espacioso

Aunque es 8 milímetros más corto que antes, su distancia entre ejes crece 30, lo que repercute en su habitabilidad, digna de alabanza. De manera ocasional, tres adultos se pueden acomodar detrás, donde brilla su espacio para las piernas -con un conductor de 1,75 metros detrás hay 70 centímetros y 66 en un Fiesta por ejemplo-. Y decimos lo de ocasional, por su anchura, en la media del segmento con 1,25 metros.

Delante se repite la tónica habitual en Skoda. En cinco minutos sabemos dónde está cualquier botón, y gracias a la regulación del asiento y del volante -en altura y profundidad-, la postura de conducción es perfecta.

Los ajustes son «tirando a Volkswagen», y los materiales de calidad, aunque abundan los plásticos rígidos en el salpicadero y las puertas. Presenta infinidad de huecos y soluciones inteligentes, como una papelera en la puerta, soporte para el teléfono, cajones bajo los asientos

También hay «peros» como una guantera que aunque iluminada, es irregular, además de que por la noche, vemos el reflejo por el retrovisor interior -con forma apaisada- de las luces de la matrícula por la junta de la tapa que oculta el limpialuneta trasero.

Más equipamiento de serie y en opción

Otro detalle que no nos ha gustado es que si lo adquirimos con botón de arranque no se ofrece la apertura sin llave, por lo que hay que abrirlo con el botón pertinente y luego volverse a guardar la llave. Este equipamiento es nuevo en el Fabia, así como la posibilidad de equipar techo panorámico o pantalla táctil con MirrorLink, para conectar nuestro smartphone y disfrutar de aplicaciones y sistema de navegación.

Son opciones comprensibles, pero otras como el asistente de arranque en pendientes, los antinieblas con función «corner», el climatizador o el detector de fatiga, deberían ser de serie con acabado Style, más cuando la mayoría tiene un precio irrisorio. De ser así, sus 18.970 euros se pagarían con más gusto si cabe -sin incluir la campaña de 1.715 euros, ni Plan PIVE, ni descuento por financiar con Skoda…-.

Nueva generación TDI

Por este precio también sumamos el propulsor diésel más potente. Hablamos de la nueva generación 1.4 TDI, utilizada ya por el Volkswagen Polo (aquí tienes la prueba del Volkswagen Polo 1.4 TDI 90 CV) y por el Audi A1.

Disponible con 75, 90 y 105 CV, releva al 1.6 TDI que mantiene por ejemplo el Seat Ibiza y que ofrece las mismas potencias con un cilindro más, pero no cumple la norma Euro VI. Y es que este 1.4 TDI es tricilíndrico, cuenta con turbo variable, inyección directa por raíl común, además de un sinfín de tecnologías para extraer el mismo par máximo de 25,5 mkg, del 1.6 TDI de 105 CV.

Se nota el sonido y las vibraciones de los tres cilindros

Al ponerlo en marcha no puede disimular su naturaleza tricilíndrica, incluso pese al trabajo realizado en insonorización, pero una vez que sube de vueltas ese sonido se disimula bastante bien. Más patentes son las vibraciones que transmite al habitáculo, y más engorroso es que tengamos que superar las 2.000 rpm en primera velocidad, incluso con el motor frío, para que cuando cambiemos a segunda no intente calarse.

Son algunos de los peajes a pagar por firmar un consumo «en laboratorio» de 3,5 l/100 km, pues en realidad ha gastado 4,7 l/100 km. Decir que es un dato fantástico, e idéntico al que medimos al Polo 1.4 TDI de 90 CV. Si bien es sólo una décima menos que un Skoda Rapid 1.6 TDI 105 CV, que pesa 89 kilos más. Suma Start/Stop, que es rápido y eficaz, además de un cambio manual con 5 velocidades -el DSG7 se ofrece en el TDI 90-, y unos desarrollos tirando a largos, tanto que en las recuperaciones en 5ª velocidad hemos tenido que hacer «trampas» empezando a cronometrar a 50 km/h y no a 40, pues el 1.4 TDI directamente se calaba -lo mismo sucedía en el Polo-.

Anda más que el 1.6 TDI 105 CV

Aun así, si superamos las 1.800 rpm su motor le pone ganas y empuja con energía. No en vano acelera de 0 a 100 km/h en 10,5 segundos -12,5 necesitó el Polo con 15 CV menos- y sus cifras de recuperación son respetables, permiténdonos ejecutar adelantamientos sin titubear y mejorando seis décimas el tiempo para pasar de 80 a 120 km/h en 4ª respecto al que empleaba el 1.6 TDI 105 CV.

Este nuevo Fabia estrena plataforma, que no es la MQB. Aun así, hereda piezas de ésta y ahorra frente a su antecesor 54 kilos a igualdad de potencia, además de que suma el diferencial electrónico XDS+. Todo ello le confiere, junto a su centro de gravedad más bajo un buen comportamiento sin recurrir a suspensiones rígidas, de manera que es cómodo y efectivo a partes iguales. Frena bien, pero pedir 85 euros por los discos traseros…