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Peugeot 2008 Puretech 130 GT Line. Más cerca del 3008

No hay que ser muy avispado para intuir que el nuevo Peugeot 2008 se meterá entre los más vendidos de su clase, un segmento de gran demanda en los últimos tiempos. En primer lugar, porque releva a un 2008 que ha sido varios años el SUV pequeño más vendido en España; y después, porque esta segunda generación atesora argumentos para captar clientela, empezando por una mayor talla y un cierto 'aire 3008' que casi le hacen pasar por un vehículo del segmento inmediatamente superior. O sea, un B-SUV que se atreverá a rivalizar con los C-SUV más compactos -y populares-, como el Nissan Qashqai, el Seat Ateca o el propio Peugeot 3008.

Y es que la longitud se estira nada menos que 141 milímetros hasta clavar los 4,30 metros, de manera que, tomando como referencia la gama Seat, se queda más cerca de un Ateca -4,36 metros- que del Arona -4,14-. Además, también crece su ancho -31 milímetros- o la distancia entre ejes -68 milímetros extra-, mientras que la altura, para optimizar la aerodinámica y lograr un aspecto estilizado, baja 40 milímetros. De paso se apuesta por líneas angulares y con más carácter, y por un frontal con empaque, especialmente en la variante GT Line probada, cuyo precio cae de 27.000 a 25.500 euros con el descuento. ¿Mucho dinero aún? Quizás, y un remedio es optar por el Allure -23.100 euros, rebaja incluida-, de aspecto exterior e interior más sencillo -el habitáculo prescinde de acabados en carbono, pedales de aluminio, techo interior negro, iluminación en ocho colores seleccionables o volante GT en cuero perforado-, y con un equipo menos generoso; por más que la dotación de serie del 2008 Allure sea más que correcta e incluya freno de mano eléctrico, cámara trasera y sensores de parking posteriores, selector de modos de conducción -Normal, Eco y Sport-, climatizador automático -de una zona, pese a que la temperatura aparece en ambos lados de la pantalla y eso lleva a engaño-, arranque manos libres, espejo interior fotosensible, retrovisores exteriores plegables eléctricamente y con iluminación del suelo, 2 tomas USB delanteras y 2 tomas traseras de recarga o el Paquete Connect SOS con llamada de emergencia.

Este utiliza el 1.2 PureTech de 130 CV

Y si el nuevo 2008 presume de equipo en los dos niveles disponibles con el Puretech 130 de gasolina -un 1.2 tricilíndrico que nos gustó desde su estreno en el 308 y que hoy nos sigue convenciendo-, también su acabado aprueba con nota. Un cuatro sobre cinco le damos, porque hay buenos materiales en casi todas partes y destila robustez y cierto refinamiento.

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Refinamiento al que contribuye el llamado i-Cockpit 3D, puesto de conducción típico de los últimos Peugeot y basado en un volante pequeño, una instrumentación sobreelevada y una pantalla grande y a mano -en este caso, no tanto-. Y lo del '3D' le viene por su instrumentación digital configurable -varios diseños a elegir mediante una rueda en el volante- que muestra las informaciones en varios planos superpuestos. Bonita idea que en la práctica no resulta tan acertada, pues los datos se amontonan y no todo se lee bien, como el cuentavueltas.

Y ya puestos a criticar cosas de los mandos, no nos gusta que para variar la temperatura de climatización y activar o desactivar el aire acondicionado haya que 'enredar' tanto sobre la pantalla táctil, o que los botones de la consola central vayan en horizontal… y en dos filas.

Pero dejando a un lado esos y otros detalles -como el borde de acceso al habitáculo, algo más alto de lo normal, lo que obliga a subir el pie para no tropezar-, el interior del 2008 es acogedor. Buenos asientos -tapizados de cuero en nuestra unidad-, visibilidad correcta en todas direcciones, un habitáculo bien aislado de ruidos y vibraciones… Y una amplitud en línea con lo que se espera de un SUV-B grandecito. Sin batir récords por cotas internas, pero suficiente para que cuatro adultos -o dos adultos y tres chavales- emprendan un viaje sin agobios. Porque la altura al techo es brillante en ambas filas, y en las plazas traseras hay una anchura correcta -127 centímetros- y 67 centímetros de distancia entre respaldos con un conductor de 1,75 al volante. En comparación con rivales recientes, lo mismo que ofrece el Renault Captur, un poco más que el Ford Puma y algo menos que el Skoda Kamiq. En eso, desde luego, el 2008 sigue siendo un SUV-B pese a los 4,30 metros de largo. En cuanto al maletero, sus 434 litros pulverizan el registro de su antecesor -360 litros-, y son aún más brillantes los 1.467 litros para carga que liberamos al abatir la segunda fila, que tiene respaldo 60:40 pero no es corredera.

El EAT8 cuesta 1.800 euros más

Ahora pongámonos en marcha. La nueva plataforma CMP consigue un rodar más suave y aplomado que en la generación anterior. El 2008 recién lanzado pisa la carretera como un coche de calidad, y al tratarse de un conjunto ligero -1.267 kilos-, los 130 CV y 23,5 mkg le mueven bien en esta variante de caja manual -podemos optar al eficaz cambio automático EAT8 por 1.800 euros más-; de lo que dan testimonio los datos de recuperación: 7,5 segundos para pasar de 80 a 120 km/h en cuarta -6,8 el Puma 1.0 EcoBoost mHEV de 155 CV-, 9,8 en quinta -10,1 en el caso del Ford- y 14 exactos en sexta -el Ford emplea dos segundos más-. Por contra, nos ha decepcionado este 2008 en las arrancadas desde parado, pues le hemos medido 10,3 segundos para pasar de 0 a 100 km/h cuando anuncia 8,9. Y al Puma de 155 CV, que homologa 9,0, le cronometramos 8,9 segundos. Podríamos recomendar el 2008 con motor 1.2 Puretech 155, pero solo se vincula al acabado GT, el precio se dispara -30.000 euros con descuento- y sus prestaciones no resultan netamente superiores.

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En cuanto al consumo, la media real de 7,4 l/100 km se aleja del gasto homologado -y de los 7,1 litros medidos al Puma o los 7,0 del Kamiq con motor 1.5 TSI 150 y caja DSG-, aunque el 2008 Puretech 130 no tragará en exceso si practicamos una conducción normal. Si le damos gusto al pie derecho -y el SUV de Peugeot anima a ello por lo bien que va- el promedio se dispara mas de la cuenta, aunque también lo hace la diversión: óptima tracción y magnífica estabilidad en curva, poco balanceo, frenada sólida… Si la dirección fuese más rápida -tiene casi tres vueltas de volante-, la nota sería un sobresaliente.

LA CLAVE

Los pequeños SUV que hasta hoy muchos llamaban 'urbanos' quieren evolucionar, rebasando las fronteras de la ciudad y permitiendo sin complejos un uso familiar gracias a sus mayores dimensiones y a mecánicas o equipamientos que permiten afrontar cómodamente los viajes largos. Y el nuevo 2008 es buen ejemplo de esta nueva raza de SUV 'urbanos', modelos que valen para casi todo pues, llegada la ocasión, pueden atacar malas carreteras o vías no asfaltadas.