Desde que los monovolumen reinventaron los viajes en familia, los modelos de 7 plazas se han convertido en ‘imprescindibles’ para las vacaciones. Ahora, eso sí, abandonando el concepto monovolumen y apostando por las siluetas SUV. Esta es la oferta disponible.
Hace casi 40 años Renault y Chrysler peleaban por el honor de ser el primer monovolumen del mercado. No había dudas de que la marca francesa, cuyo Espace era en realidad un proyecto de Matra que se iba a vender como Talbot, es el primero en Europa. Y tampoco que el Chrysler lo era en Estados Unidos. Y entre los dos –y todos los que llegaron detrás– cambiaron el panorama del automovil… y la forma de viajar. Los monovolumen –primero los grandes y más adelante los compactos encabezados por el Renault Scenic– se convirtieron en la tendencia del automóvil; en el coche de moda, casi al mismo nivel que hoy son los SUV. Y con estas carrocerías de más habitabilidad y capacidad interior que podía modularse en función de la ocupación tanto de personas como de equipajes, llegaron los viajes en grupo con siete ocupantes. Una nueva tendencia que contagió a prácticamente todos los conductores.
1La moda de los 7 plazas
Toda marca que se preciara tenía en su gama un modelo con estas pretensiones y estas capacidades. Los siete plazas eran legión y el que no lo ofrecía estaba fuera de juego. Citroën Evasión, Fiat Ulysse, Lancia Z, Hyundai Trajet, Kia Carnival, Mercedes V, Mitsubishi Grandis, Opel Sintra, Peugeot 807, Ford Galaxy, Chrysler Voyager, Dodge Caravan, Seat Alhambra, Volkswagen Sharan, SsangYong Rodius, Toyota Verso convivieron en el mercado ofreciendo soluciones de movilidad casi para cualquier familia.
Y a ellos se sumaron poco después otros siete plazas que en menos tamaño ofrecían la misma versatilidad. Fueron los tiempos en los que se inventaron los asientos escamoteables que se guardaban y abrían con facilidad. Opel Zafira, Renault Grand Scénic, Citroën Grand Picasso, Ford Grand C-Max, Mazda 5 ofrecían en una carrocería compacta, siete asientos.
Años después, los monovolumen han desaparecido prácticamente, tanto los grandes como los compactos. Pero lo que no se ha ido ya es la necesidad creada por ellos de contar con coches con los que poder viajar en familia o amigos y disfrutar de la compañía también durante el trayecto.