Junto con los Lancia Delta HF Integrale, Subaru Impreza, Mitsubishi Lancer Evolution o Toyota Celica, el mítico Ford Escort RS Cosworth es uno de los vehículos derivados del mundo de los rallys más icónicos de todos los tiempos. Esta unidad que ahora mismo tienes ante tus ojos es precisamente el último de todos los fabricados, se encuentra en perfecto estado y no será nada barato.
En el mes de enero de 1996 se dio por finalizada la producción del mítico Ford Escort RS Cosworth en la factoría del carrocero alemán Karmann en Rheine. Sin embargo, parece ser que a la firma del óvalo azul aún le sobraban un buen número de piezas específicas de esta deportiva versión, de manera que se animó a ensamblar dos unidades adicionales para sumar un total de 7.145 Ford Escort RS Cosworth. Concretamente esta unidad que tienes ante tus ojos es la segunda de esas dos últimas y construido para Wilheim Karmann Jr., quien era por aquellos entonces el presidente de la compañía americana.
En total se fabricaron 7.145 unidades del Ford Escort RS Cosworth
Este Ford Escort RS Cosworth fue conducido los dos primeros de su vida. Inicialmente por uno de los directores de proyectos de carrocero alemán Karmann, quien lo utilizó como vehículo de empresa. Posteriormente, en 1998 fue adquirido por el jefe del departamento de ingeniería de vehículos especiales de la compañía del óvalo azul. Este no era otro de Dieter Hahne, la persona que estaba al frente del desarrollo original del Ford Escort RS Cosworth. Él se ha convertido en el orgulloso propietario de la última unidad producida durante los últimos 24 años y ahora se va a despedir de esta joya que será subastada por los expertos de Collecting Cars.
Pero a pesar de haberte tratado con el máximo de los cuidados, el último Ford Escort RS Cosworth de la historia se ha movido. Y es que acumula cerca de 100.000 kilómetros en toda su vida.
Un deportivo nacido para homologar una versión de competición
Para desarrollar el legendario Ford Escort RS Cosworth los ingenieros de la compañía del óvalo azul modificaron a conciencia el chasis original de este compacto, de la misma manera que instalaron bajo su capó delantero la mecánica del deportivo Ford Sierra Cosworth. De esta rápida berlina heredaba un corazón 2.0 Turbo de cuatro cilindros y capaz de proporcionar un total de 225 CV de potencia, que eran enviados a un sistema de tracción a las cuatro ruedas por medio de un cambio manual con cinco velocidades y de un diferencial de deslizamiento limitado. Lo suficiente para que pudiera acelerar de 0 a 100 km/h en 6,0 segundos y alcanzar los 225 km/h de velocidad punta. Y aunque eso puedan parecer cifras bastante discretas, retrocede 25 años en el tiempo.
El último Ford Escort RS Cosworth lucía una carrocería acabada en un llamativo color llamado Auralis Blue, además de que se acompaña con las llantas originales de 16 pulgadas, que a día de hoy están calzadas con neumáticos Continental SportContact2. En ese exterior no desentonan los detalles que hacían especial a todos estos vehículos, como son sus pasos de rueda ensanchados o el característico alerón trasero. Una vez dentro esta joya luce unos deportivos asientos Recaro que se visten en cuero de color negro, además de que no faltan detalles como el aire acondicionado, un sistema de sonido con reproductor de CD, además de elevalunas, techo y retrovisores eléctricos.
Un Ford Escort RS Cosworth que costará una fortuna
La casa de subastas británica asegura que esta criatura se encuentra en perfecto estado de revista, pasando por alto pequeños desperfectos en el tapizado de sus asientos, un sistema de sonido averiado o una pequeña fuga de aceite en la junta del cárter de su 2.0 Turbo. Sin duda alguna detalles que no van a afectar de manera significativa a su precio de subasta. Porque aunque no se haya dado estimación, puedes tener claro que este Ford Escort RS Cosworth no va a ser nada barato.
Salvando las distancias hay que decir que hace poco tiempo una unidad con tan sólo 349 kilómetros a sus espaldas, fue adjudicada por la escalofriante cifra de 175.000 euros. Este tiene más kilometraje, pero recuerda que es el último de una legendaria estirpe de deportivos. Y eso se paga.
