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Una fortuna han pagado por este Ford Escort RS Cosworth a estrenar

No es algo habitual encontrarse con vehículos que a lo largo de su historia hayan recorrido una media de 13 kilómetros al año. Y eso es lo que precisamente han circulado con este inmaculado Ford Escort RS Cosworth que se ha vendido por una verdadera fortuna.

Ante tus ojos tienes uno de los compactos de altas prestaciones que han marcado parte de la historia del automovilismo. Una unidad que con 26 años de vida a sus espaldas parece que salió ayer mismo del concesionario. Porque tan solo acumula 217 millas (349 kilómetros) en su odómetro.

349 kilómetros tiene este Ford Escort RS Cosworth

1996 Ford Escort RS Cosworth. Imagen kilómetros.

Si estás interesado en hacerte con esta maravilla, no sufras. Ha encontrado un nuevo hogar, porque lo tenía a la venta el concesionario KGF Classic Cars en Reino Unido. Ellos han sido quienes han recaudado la friolera de 149.995 libras (175.160 euros) por este inmaculado Ford Escort RS Cosworth.

Desarrollado por la firma del óvalo azul para homologar este compacto para el mundo de los rallys, esta unidad en cuestión fue fabricada en octubre de 1995. En concreto salió de la planta que Ford tiene en Rheine, Alemania. Y se dice que fue uno de los últimos ejemplares producidos. Pero no fue hasta agosto de 1996 cuando a este Ford Escort RS Cosworth se le colocaron sus primeras matrículas. Desde entonces solo ha tenido dos propietarios, que lo han tratado como una verdadera inversión. Por ello ha sido mantenido de forma meticulosa y apenas se ha movido lo mínimo e indispensable.

Como si hubiera salido ayer mismo de la fábrica

1996 Ford Escort RS Cosworth. Imagen estudio frontal.

El exterior no tiene el más mínimo desperfecto, manteniendo en un estado inmaculado su pintura Radiant Red original. También conserva todos sus emblemas y anagramas originales, sin olvidarnos de todos y cada uno de los componentes estéticos que lo hacían sobresalir por encima de cualquier otro Ford Escort de la época. Comenzando por el inconfundible alerón trasero. Esta unidad también mantiene sus llantas Ronal de 16 pulgadas, que se calzan con neumáticos Pirelli P Zero. Estas gomas fueron especialmente desarrolladas por la firma italiana para el deportivo de la firma del óvalo.

En el interior de este Ford Escort RS Cosworth no podían faltar sus inconfundibles asientos Recaro. Vestido en tejido Raven con los gráficos correctos de la época, como era la tela con motivos hexagonales en color rojo. A juego con el color de la carrocería. También hay relojes con el fondo blanco, indicadores adicionales en la parte superior del salpicadero, airbag para el conductor, almacenamiento para casetes, alarma antirrobo… Incluso mantiene la radio original de la época. Pero como habrás visto, no es el más equipado de su época, pues tanto los retrovisores y las ventanillas son manuales.

Y por último no pases el detalle del volante colocado a la derecha, que habrá echado por tierra los deseos de algún posible propietario fuera de Reino Unido.

Cosworth firmaba el 2.0 Turbo de estos Ford Escort

1996 Ford Escort RS Cosworth. Imagen estudio motor.

El especialista británico Cosworth firma el motor 2.0 Turbo utilizado por esta leyenda. Genera 225 CV de potencia, que son enviados a sus cuatro neumáticos por medio de un cambio manual con 5 velocidades. Ese sistema de tracción total lo desarrolló el especialista Ferguson y presenta un reparto 34/66. A pesar de sus años, este Ford Escort RS Cosworth es capaz de sacar los colores a muchos compactos de altas prestaciones de la actualidad. Ahora regresa a comienzos de los años ‘90 y piensa que este compacto era capaz de firmar menos de 6,0 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h y su velocidad punta alcanzaba los 225 km/h.

Teniendo en cuenta su estado exterior e interior, además de su kilometraje, no te extrañe que estemos ante el Ford Escort RS Cosworth mejor conservado de los 7.145 que fueron fabricados. Suponemos que su nuevo propietario, como los dos anteriores, lo sacará poco de paseo y lo mantendrá en las condiciones que se merece esta pieza de museo. Aunque muchos nos estemos imaginando trazando curvas con él en una revirada carretera de montaña.