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domingo, 18 mayo 2025

El secreto detrás del Rolls-Royce que protagonizó la portada del disco «Be Here Now» de Oasis

En el verano de 1997, Oasis lanzó su tercer álbum de estudio, «Be Here Now», un disco que prometía mantener el estatus de la banda como uno de los mayores actos del Britpop. Sin embargo, más allá de su música, lo que capturó la atención de todos fue la icónica portada del disco, que presentaba un Rolls-Royce Silver Shadow de 1973 sumergido en una piscina.

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La imagen, capturada en una mansión ubicada en Hertfordshire, Londres, se convirtió en un símbolo del exceso y la opulencia que definieron no solo a la banda, sino también a la escena musical de la época. Este coche de lujo, aunque aparentemente un complemento perfecto para la estética del álbum, escondía una historia fascinante que muy pocos conocen.

¿Cuál es la historia detrás del Rolls-Royce de Oasis?

¿Cuál es la historia detrás del Rolls-Royce de Oasis?

Este vehículo, sin motor y en un estado de total abandono, fue rescatado para la sesión fotográfica por su peculiar historia y estética. La idea de sumergir un símbolo del lujo británico en una piscina reflejaba la actitud rebelde y sin límites de Oasis en ese momento de su carrera. La imagen se volvió icónica, representando una mezcla de decadencia y grandeza que resonaba con la temática del álbum.

El Rolls-Royce, una unidad de 1973, estaba destinado al desguace, pero encontró una segunda vida como un objeto de culto gracias a la portada del álbum. Sumergido en la piscina, se convirtió en una metáfora visual de la banda: un monumento de lujo venido a menos, pero todavía impresionante a la vista. Esta imagen surrealista, captada en la mansión de Stocks House, se volvió inmortal y sigue siendo una de las portadas más recordadas en la historia de la música.

El enigma de la matrícula y el destino del coche

El enigma de la matrícula y el destino del coche

Otra curiosidad de la historia es la matrícula del Rolls-Royce: SYO 724F, que en realidad pertenecía a un antiguo furgón negro de la Policía. Este detalle fue un guiño más al caos y la irreverencia que definía la banda. Sin embargo, la confusión sobre la identidad y la autenticidad del coche solo alimentó el misticismo en torno a la portada. Tras la sesión fotográfica, el destino del vehículo se convirtió en un misterio, con rumores que sugerían que fue vendido, desmantelado o incluso perdido para siempre, lo que aumentó aún más su leyenda.

El uso de una matrícula ajena y la falta de un motor confirmaban que el coche no tenía utilidad práctica más allá de ser una pieza escenográfica. Su desaparición tras la sesión fotográfica ha llevado a especulaciones y búsquedas por parte de fanáticos y coleccionistas que buscan un pedazo de la historia de Oasis. A día de hoy, no se sabe con certeza qué fue del coche, lo que solo ha servido para consolidar su estatus de leyenda en la cultura pop.

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