El reposacabezas del coche es un elemento de la seguridad pasiva que salva vidas, especialmente en los accidentes por alcance a otros vehículos. Su correcta colocación, mas que por comodidad, por seguridad, es fundamental para garantizar o minimizar los riesgos de lesiones cervicales e incluso evitar la muerte.
En esta entrada conoceremos mas sobre este elemento, sencillo, económico, y como debemos aprovechar su eficacia con una correcta colocación en el puesto de conducción.
El latigazo que mata
Los reposacabezas que en un principio no estaban presentes en los coches primarios, llegaron a ellos para aportar comodidad durante los viajes, sin apenas tener conciencia de que posteriormente serian claves para prevenir las lesiones, típicas del cuello y de un golpe accidental concreto; el famoso «latigazo», que se produce cuando cualquier vehículo sufre un alcance o colisión trasera por parte de otro usuario.
Esta lesión, es fruto de la inercia y de la desaceleración brusca, y sucede en los asientos de automóviles sin cabeceras (o con cabeceras mal diseñadas o mal ajustadas). La cabeza continúa su movimiento hacia atrás, pudiendo llegarse a romper los ligamentos que impiden, en circunstancias normales, que la apófisis odontoides de axis dañe a la médula espinal. Si esto sucede, dependiendo de la gravedad de la rotura, el individuo puede quedar paralítico o morir desnucado.
