Cuando hablamos del papamóvil, lo primero que suele venirnos a la cabeza son imágenes del Papa recorriendo grandes avenidas rodeado de miles de fieles. En esos momentos, siempre destaca un vehículo modificado, distinto a cualquier otro, símbolo de movilidad y seguridad para el líder de la Iglesia Católica. Lo que muchos no saben es que algunos de los papamóviles más importantes han sido fabricados en España. Aunque el protagonismo mediático suele estar reservado a modelos alemanes como los Mercedes-Benz, existen al menos tres vehículos únicos con sello ‘Made in Spain’ que han prestado servicio al Papa y que hoy se conservan como parte de la historia automovilística del Vaticano.
La historia del papamóvil no es solo una cuestión de diseño y funcionalidad. Representa la evolución del papado y su cercanía al pueblo, así como el reflejo de los avances técnicos y las necesidades cambiantes de seguridad a lo largo de las décadas. En esta historia también hay espacio para el talento y la capacidad productiva de la industria española.
2El Seat Panda: agilidad urbana con acento español

En 1982, Juan Pablo II visitó España y necesitaba un vehículo adaptado a la geografía urbana del país. La solución llegó desde SEAT: un pequeño y ágil Panda, que fue transformado en tiempo récord para cumplir las exigencias de seguridad y funcionalidad del Vaticano. Este modelo fue adaptado para que el Papa pudiera mostrarse con mayor visibilidad al público, sin perder la movilidad necesaria para circular por calles estrechas y centros históricos.
La modificación del Panda fue tan efectiva que el vehículo se convirtió en uno de los más icónicos de aquella visita. Pese a su tamaño modesto, cumplió con creces su papel y demostró que la simplicidad y la ingeniería española podían dar como resultado un papamóvil eficaz, accesible y simpático para los ciudadanos. Este vehículo sigue siendo una pieza única dentro del patrimonio histórico de SEAT y se encuentra actualmente conservado en la Nave A122 de su sede en Martorell.