Reducir la contaminación apostando por un transporte más sostenible es la intención del nuevo gobierno de la capital noruega, que planea sacar los coches del centro de la ciudad a partir de 2019. La medida afectará a los propietarios de los casi 350.000 vehículos que viven fuera del centro, pero dentro de los limites de la ciudad más poblada del país. Se pretende reducir las emisiones nocivas un 50% frente a los valores de 1990.
Medidas disuasorias
Erradicar los automóviles del centro urbano pasa por potenciar los movimientos de peatones y ciclistas. Concretamente con grandes inversiones en transporte publico y la construcción de 60 kilómetros de carriles para bicicletas. Las excepciones que se contemplan incluyen los vehículos de transporte de discapacitados y mercancías, a falta de una decisión definitiva sobre si se permitirá la entrada de modelos cero emisiones, como los eléctricos, tecnología que conforma el 14,9 por ciento del parque móvil del país, colocando a Noruega en el país europeo con mayor penetración. Así, por ejemplo, modelos como el Nissan Leaf, que ha sido líder de ventas en el país o el Tesla Model S, podrían seguir circulando por la ciudad si así lo deciden las autoridades noruegas.
Frente a las prohibiciones temporales en función de la tasa de polución de otras capitales del Viejo Continente, como Londres, París o Madrid, Oslo se convertirá en la primera capital europea que destierra totalmente el automóvil de su centro.
