Radares medusa, radares en cascada, radares veloláser, fotorojos, Pegasus…. Cuando hablamos de radar lo primero que se nos viene a la cabeza es son los controles de velocidad en sus diversas formas, pero en los últimos años la tecnología ha evolucionado, así como los intereses de las autoridades. Ya no solo interesa controlar los excesos de velocidad de los conductores, también interesa regular otros aspectos del tráfico, como la contaminación.
Para esa labor se invierten millones de euros en cámaras de vigilancia colocadas en las Zonas de Bajas Emisiones para cazar a los coches que pasen equivocadamente por sus calles, o incluso se invierte en tecnología más potente. En Madrid se ha probado un radar de emisiones que permiten controlar mediante cámaras térmicas las sustancias contaminantes que un vehículo lanza a la atmósfera. Pero esta no es la única novedad que se está probando en el país, en Barcelona se han instalado el primer radar medusa ¿Te imaginas para qué puede ser con ese nombre?
Qué opina la DGT de los radares medusa
En principio, parece que la Dirección General de Tráfico no se va a inmiscuir en el tema de la contaminación acústica y no planean invertir en la instalación de este tipo de radares. La DGT considera que el ruido es un problema de los municipios y son los ayuntamientos los que deben regular y controlar los niveles de ruido de sus calles.
La normativa que afecta expresamente al ruido de los vehículos y que interesa a la DGT es la que establece los límites sonoros para los coches nuevos. Esta ley determina que pueden emitir un máximo de 75 dB. Aunque también regula en sonido mínimo que debe emitir un coche para no ser peligroso para los peatones, y ese mínimo es de 56 dB.
