Se llama Mercedes ESF 22. No tiene un nombre muy comercial porque, sencillamente, no estaba destinado a venderse. Es un prototipo de seguridad, una “mula” destinada a probar numerosas soluciones en materia de seguridad, tanto activa (la que reduce los daños en caso de accidente) como pasiva (la que ayuda a prevenirlos).
Su nombre, ESF 22, viene de combinar las siglas en alemán de Vehículo Experimental de Seguridad con el número de unidad dentro de la serie ESF, la cual nació en 1971 y tuvo en este ESF 22 uno de sus principales hitos, en un lejano 1973, hace 50 años. Aunque la vista frontal puede despistar, una toma lateral deja claro que está basado en el Mercedes-Benz Clase S de la serie W116. Y es que el frontal, con un masivo apósito de material plástico flexible, estaba diseñado pensando ya por aquel entonces en disminuir las lesiones de los peatones en caso de atropello.
Por este mismo motivo, los faros aparecían empotrados en el frontal, y también las zonas más expuestas de los parachoques se recubrían con material plástico. Éstos, por cierto, se instalaban igualmente sobre soportes elásticos.
Más allá de la sección frontal, el ESF 22 servía no solamente para ensayar nuevas soluciones, sino también para refinar otras propuestas que habían aparecido en anteriores “mulas” pero que aún no habían llegado a su madurez.
Así, avances cruciales como los sistemas de retención, los sistema de frenos antibloqueo ABS o los faros con limpiaparabrisas fueron algunas de las soluciones introducidas por la saga de los ESF, que al estar desarrollados sobre vehículos de producción, ya en el mercado, servían para refinar soluciones de cara a futuros modelos, como por ejemplo hacer menos lesivas las áreas potenciales de impacto de los ocupantes.
Cincuenta años de “mulas” de seguridad Mercedes ESF
En total se han construido más de 30 Mercedes ESF desde 1971, y este ESF 22 es el tercero que fue presentado en público. Se desveló en la IV Conferencia Internacional ESV, en Kyoto, Japón, del 13 al 16 de marzo de 1973. Previamente se habían desvelado los ESF 05 (en octubre de 1971) y ESF 13 (en mayo de 1972). El último vehículo de la saga en darse a conocer ha sido el ESF 2019, que se presentó cuatro años atrás, como su nombre sugiere.
Y aunque la lista de innovaciones desde la aparición de los ESF es larga (e incluso desde antes, ya que la compañía de la estrella lleva marcando importantes hitos en materia de seguridad desde los años 50 del pasado siglo), los nuevos tiempos plantean retos inéditos en materia de seguridad que los ingenieros deberán resolver, ayudados sin duda por herramientas como los ESF.
A modo de ejemplo, los vehículos eléctricos, con su mayor masa, una arquitectura completamente nueva y unos habitáculos que fomentan nuevas formas de uso del espacio interior, imponen exigencias inéditas a los sistemas de seguridad y nos recuerdan la importancia de estos vehículos, como el Mercedes ESF 22, que nunca vieron la luz.