comscore

Mercedes-Benz T80: La historia de este bólido que alcanzaba los 750 km/h sin levantarse del suelo

En el corazón del Museo de Mercedes-Benz en Stuttgart, entre reliquias de la historia automotriz, se encuentra un vehículo que desafía la imaginación: el T80. Un bólido que, impulsado por el rugido de un motor de avión, rozó la barrera de los 750 km/h sin despegar del suelo. Fue un récord en la época y avance pensando es lo que vendría después.

Corría la década de 1930 y Alemania se encontraba bajo el régimen nazi. En medio de este contexto, Adolf Hitler, obsesionado con demostrar la superioridad tecnológica alemana, alentó la creación de vehículos capaces de alcanzar velocidades inimaginables. Nacieron así las Rekordwoche, jornadas donde los fabricantes ponían a prueba sus máquinas en las recién estrenadas autopistas alemanas.

¿Cómo era el Mercedes-Benz T80 y qué motor llevaba?

El T80 era una bestia de ingeniería. Su carrocería, similar a la de un cohete, se encontraba prácticamente pegada al suelo, con ruedas carenadas que minimizaban la resistencia al aire. El piloto se alojaba en una cabina en forma de gota, ubicada en la parte delantera del vehículo, con un parabrisas blindado para protegerlo de los impactos de insectos o piedras a velocidades tan altas.

El corazón de este extraño modelo de la marca alemana era un motor Daimler-Benz DB 601, el mismo que propulsaba a los cazas alemanes Messerschmitt Bf 109 durante la Segunda Guerra Mundial. Este motor de 12 cilindros en V generaba una potencia de alrededor de 2.900 caballos de fuerza, suficiente para impulsar al bólido a velocidades vertiginosas. Estábamos ante una obra tecnológica sin precedentes en ese momento y se esperaba que se comercialice unos años después.

¿Por qué fracasó el proyecto del Mercedes-Benz T80?

¿Por qué fracasó el proyecto del Mercedes-Benz T80?

Las pruebas de este extraño modelo, que nunca salió a la venta, se realizaron en las salinas de Bonneville, en Utah, Estados Unidos. En enero de 1939, Rudolf Caracciola, con un piloto de pruebas de la marca alemana y alcanzó los 479 km/h, un récord que se mantuvo durante varios años. Sin embargo, el sueño de alcanzar los 750 km/h se vio truncado por el estallido de la Segunda Guerra Mundial y el fin de las relaciones entre el país europeo y el norteamericano.

El Mercedes-Benz T80 nunca logró alcanzar su objetivo máximo, pero su legado perdura como un testimonio de la ambición humana por superar los límites de la velocidad. Un vehículo que, a pesar de su contexto histórico y las controversias que lo rodean, representa un capítulo fascinante en la historia de la automoción.