La temporada de 1997 fue nefasta para el equipo Lola en Fórmula 1. En realidad no se puede considerar ni siquiera una temporada, pues tras conseguir el patrocinio de MasterCard, el equipo se plantó en la carrera inaugural en Australia. Una vez allí, ninguno de sus dos monoplazas, pilotados por Vincenzo Sospiri y Ricardo Rosset, consiguieron clasificarse para el Gran Premio, quedando a más de 10 segundos de la pole conseguida por Jacques Villeneuve. Vista la pésima actuación, MasterCard retiró el patrocinio y ya no disputaron el segundo Gran Premio.
El único F1 homologado
Aún así, en Inglaterra, la escudería Lola desarrolló una versión «de calle» del monoplaza empleado aquella temporada 1997, conocido como Lola T97/30. Y tras la perseverancia de los ingenieros cosiguieron homologarlo para poderse utilizar por carreteras abiertas. Este monoplaza recibió la denominación de Lola F1 R y parece ser el único Fórmula 1 del mundo que reune estas condiciones.
En realidad no cuenta con las mismas especificaciones que el original, pues aunque su chasis o suspensiones son idénticas, estas últimas fueron adaptadas para las vías públicas y ahora presentan un ajuste que permite variar su altura libre al suelo entre 50 y 75 milímetros. También se apuesta por unas llantas diferentes a la competición y claro está, por unos neumáticos «de calle». Eso sí, estas gomas Goodyear son 235/45 R17 delante y 335/35 R17 detrás.
Tras estas llantas se mantiene un potente equipo de frenos Brembo con discos carbocerámicos, que también suma un freno de estacionamiento, obligatorio para su homologación.
Sin el motor 6.0 V8 Ford
Mientras que el Lola T97/30 contaba con un propulsor 6.0 V8 de origen Ford, esta versión «de calle» se decanta por una mecánica Cosworth. Se trata de un 2.0 turbo de cuatro cilindros que actualmente proporcionar 370 CV de potencia y se combina con una transmisión manual de 5 velocidades y no con una transmisión secuencial como el modelo de competición.
En su exterior también se han tenido que instalar unos guardabarros para las ruedas, así como todo el sistema de iluminación, con unos faros delanteros que parecen calcados a los que utilizan los peculiares AD Tramontana.
Esta máquina fabricada en 1997 tan sólo ha recorrido 40 kilómetros y ha sido guardado durante toda su vida en una cámara climatizada. Ahora es la casa de subastas Bonhams quien le buscará un nuevo hogar el próximo 7 de diciembre, pero se estima que su precio pueda oscilar entre 55.000 y 85.000 libras, que al cambio son algo así como 65.000 y 100.000 euros.
