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martes, 29 abril 2025

La historia que hay detrás del toro que inundaba las carreteras en España

El icónico Toro ha trascendido su origen como parte de una campaña publicitaria en 1956 para convertirse en un símbolo arraigado en la identidad española. A pesar del inicial rechazo de la marca, Prieto, su creador, perseveró con su diseño distintivo de un toro en silueta, desafiante y vigilante hacia el horizonte, convencido de su potencial impacto.

La evolución desde su primera encarnación en madera en 1957 hasta su transformación en chapa metálica en 1961, no solo marcó su adaptabilidad al entorno, sino también su creciente importancia cultural.

Una ola de apoyo público para salvarlo de su desaparición, fue la respuesta masiva que evidenció la profunda conexión emocional que la sociedad española tenía con la emblemática figura.

Finalmente, en un hito para la protección del patrimonio histórico, el Parlamento español otorgó un indulto en 1994, reconociendo su valor artístico y cultural.

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Mas de 500 ejemplares

primer toro cabanillas Motor16

Desde su primera aparición en mayo de 1957 en la carretera Madrid-Burgos, en Cabanillas de la Sierra, hasta su expansión por toda España y más allá, el toro se convirtió en un símbolo arraigado en la cultura española.

Inicialmente, la silueta del toro, construida en madera y con 7 metros de altura, destacaba por su presencia imponente a lo largo de las carreteras. Durante su apogeo en la década de los setenta, el «rebaño» de toros superó los 500 ejemplares y se dispersó por todo el territorio español, incluyendo lugares tan remotos como Ceuta, Baleares, Canarias, Guinea e incluso el Sahara.

La transformación del toro continuó en 1961, cuando se fabricó la primera versión en chapa metálica, eliminando los cuernos blancos para unificar su color en negro. Aunque el cambio desagradó al artista Manolo Prieto, se realizaron ajustes adicionales en la silueta para facilitar su reproducción por parte de los herreros.