En una época en la que los precios de la gasolina y el diésel ya no pueden ser calificados como «baratos», existe una advertencia aún más preocupante por parte de expertos de la industria energética. Afirman que los precios actuales podrían ser vistos en retrospectiva como extremadamente bajos en comparación con lo que depara el futuro.
Esta perspectiva sombría asusta, molesta y nos pone la piel de gallina… pero a fin de cuentas hay que decir que se basa en la idea de que la demanda de combustibles fósiles está llegando a su punto máximo y está destinada a disminuir drásticamente a lo largo de los próximos años.
4Los desafíos van mucho más lejos de lo imaginable

La advertencia de que nunca veremos precios «baratos» de gasolina y diésel nuevamente nos recuerda la urgencia de acelerar la transición hacia fuentes de energía más limpias y vehículos eléctricos. Aunque esta transición es esencial para abordar los desafíos del cambio climático y la contaminación del aire, también plantea desafíos económicos significativos, especialmente para los consumidores y las industrias que dependen de los combustibles fósiles.
Para prepararse para este futuro, es crucial que los gobiernos y las empresas inviertan en infraestructura de carga para vehículos eléctricos, promuevan políticas de energía limpia y brinden apoyo asequible a los consumidores para hacer la transición a vehículos más limpios. A medida que avanzamos hacia una era de energía más sostenible, es importante estar preparados para los cambios en los precios de los combustibles y adoptar soluciones más amigables con el medio ambiente.