A menudo, los conductores prestamos especial atención a los neumáticos o al cambio de aceite y, sin embargo, olvidamos uno de los elementos más importantes del vehículo. Los frenos son el gran guardián silencioso de nuestra seguridad. Pero, con frecuencia, solo nos acordamos de ellos cuando ya muestran síntomas de desgaste. Grave error.
Según el informe ‘Elige calidad, elige confianza’ (ECEC), alrededor del 20% de los coches que circulan en España presenta algún tipo de deficiencia en su sistema de frenado. Dos de cada diez vehículos no están en condiciones de detenerse de forma segura. Una cifra preocupante, si tenemos en cuenta que un fallo en los frenos puede ser el origen de un accidente con trágicas consecuencias.
5Los tres componentes clave
El sistema de frenado está formado principalmente por tres elementos. En primer lugar, el líquido de frenos: el encargado de transmitir la presión desde el pedal hasta las ruedas. Es vital vigilar no solo su nivel, sino también su estado, ya que con el tiempo pierde propiedades.
En segundo lugar, las pastillas, que ejercen presión contra los discos para reducir la velocidad. Su desgaste es inevitable, por lo que conviene revisarlas con frecuencia. Y, finalmente, los discos de freno, que junto a las pastillas generan la fricción necesaria para detener el coche. Un buen estado de estos tres componentes garantiza una frenada eficaz y segura.
