El caso de Andreas Flaten, un exgerente de un taller en Georgia, Estados Unidos, ha generado indignación y ha llamado la atención sobre las prácticas salariales desleales y las represalias laborales. Hace dos años, Flaten decidió dejar su puesto, lo cual no fue bien recibido por su jefe.
Como forma de castigo, el empleador decidió entregarle su finiquito de una manera grotesca y humillante. Esta acción provocó una serie de consecuencias legales para el taller y su propietario.
2Consecuencias y medidas judiciales

Ahora, tras el proceso legal correspondiente, un tribunal de Georgia ha dictaminado a favor de Flaten y sus compañeros. El propietario del taller, Miles Walker, se enfrenta a una orden de pagar casi 80.000 dólares en total. Esta cantidad incluye los salarios atrasados y daños y perjuicios. Aunque el pago realizado con monedas no es ilegal, el tribunal ha decidido que el castigo debe ser ejemplar.
La sentencia del tribunal no solo se limita a la compensación económica. El juez ha exigido a Walker que retire todas las fotografías y referencias al antiguo empleado de su sitio web y redes sociales. Además, se le prohíbe volver a publicar cualquier contenido relacionado con él. El taller también deberá mostrar la sentencia en todas las áreas visibles de sus instalaciones y proporcionar una hoja informativa sobre la prohibición de represalias contra los trabajadores según la normativa vigente.