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Ferrari SP51: el sueño de un coleccionista convertido en realidad

La división de vehículos especiales de la firma de Maranello, Special Projects, parece tener más trabajo que nunca antes. Y es que cuatro meses después de presentar su sensacional Ferrari SP48 Unica, este departamento nos deleita con una nueva criatura, que como sus hermanos será única e irrepetible. Hablamos de este nuevo Ferrari SP51, el último integrante de la familia One-Off de la casa del ‘Cavallino Rampante’.

Concebido bajo estricto deseo de un cliente muy especial de la marca, el Centro Stile Ferrari, bajo la dirección de Flavio Manzoni, se puso manos a la obra para concebir este descapotable con motor V12. Para ello han tomado como punto de partida un Ferrari 812 GTS, un modelo del que este Ferrari SP51 hereda su concepto, chasis o motor. Pero lo que le diferencia de forma clara es su carrocería, esculpida para este vehículo.

Una carrocería esculpida en exclusiva para el Ferrari SP51

Ferrari SP51. Imagen estática trasera.

Lo que primero llama la atención es la total ausencia de techo, detalle que le convierte en un roadster en toda regla. Para conseguirlo, los diseñadores de la casa de Maranello tuvieron un gran trabajo en el túnel del viento. Aunque también se hicieron simulaciones digitales, ensayos dinámicos… Con ello se garantiza el máximo confort en su interior, además de un buen nivel acústico.

Esa carrocería presenta una sensacional armonía con curvas sensuales creadas sobre una carrocería que la casa italiana fabrica en ligera fibra de carbono. Este material también está muy presente en sus apéndices aerodinámicos y en sus diferentes molduras interiores. Acabado en un color llamado Rosso Passionale, se trata de un tono concebido para este Ferrari SP51. Este color de triple capa se adorna por una línea longitudinal blanca y azul, que se inspira en el mítico Ferrari 410 S de 1955. Sin embargo en este One-Off esta línea se enmarca incluso en el habitáculo del mismo.

Un interior concebido según los requisitos de su dueño

Ferrari SP51. Imagen estática interior.

Como buena pieza única, este Ferrari SP51 luce unos faros delanteros personalizados y que le imprimen una identidad especial a esta maravilla de la ingeniería. También sus llantas han sido concebidas en exclusiva y se dotan de unas aletas aerodinámicas de fibra de carbono. Debajo de un discreto alerón se colocan sus pilotos circulares y hay dos jorobas marcadas tras sus dos asientos. Sobre ella descansa una pieza de fibra de carbono que acentúa su carácter ‘Targa’ y que aporta rigidez al conjunto. Este detalle es un guiño a las soluciones usadas por Ferrari en algunos prototipos en los años ‘60.

El mismo Rosso Passionale creado para vestir la carrocería de este Ferrari SP51 se emplea para tintar el tejido Alcantara de sus asientos, paneles de las puertas, zona inferior del salpicadero… Combinado este último con cuero de color negro. El mismo color azul y blanco que adorna la línea que recorre su carrocería se emplea en el túnel central y en los bordes de sus sensacionales asientos. También adornan los pespuntes del volante, generando una continuidad entre el interior y el exterior.

Un Ferrari 812 GTS como donante para este Ferrari SP51

Ferrari SP51. Imagen estática lateral.

Concretamente el último proyecto de Special Proyect ha sido un encargo de un apasionado cliente taiwanés. Concebido como una reinterpretación roadster del primer spider V12 con motor delantero de la casa de Maranello. Estos no han desvelado cambios bajo el capó de esta maravilla, de forma que podría continuar manteniendo inaleterado el 6.5 V12 atmosférico de los Ferrari 812 GTS. Eso significaría ofrecer 800 CV de potencia y 718 Nm de par motor, cifras enviadas al eje trasero por medio de un cambio automático de doble embrague y 7 relaciones. Con todo ello el vehículo donante para crear este Ferrari SP51 demanda 3,0 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h y puede alcanzar los 340 km/h de velocidad máxima. Cifras que no distarán mucho de las que podría ofrecer esta obra de arte, que probablemente pase el resto de sus días siendo admirada en un garaje como si de un cuadro se tratase.