El magnate inmobiliario Manny Khoshbin es uno de los 40 afortunados en el mundo que tiene la suerte de poseer un impresionante Bugatti Bolide. Hablamos de una extraordinaria criatura que la compañía de Molsheim construyó sobre la base de su sensacional Chiron, pero con un sinfín de cambios para convertirlo en un bólido para ser utilizado exclusivamente dentro de un circuito. Bólido que tenía un precio de partida que rondaba los 5 millones de euros. De manera que todo lo que le rodea no suele estar al alcance de la mayoría de los mortales.
En todo eso que rodea al Bugatti Bolide se encuentran sus piezas de desgaste, donde no pueden faltar sus impresionantes neumáticos. El componente clave que se encarga de conectar semejante criatura de 1.600 CV de potencia con el asfalto, sobre el que es capaz de presionar con hasta 2.600 kilos gracias al trabajo de su sofisticada aerodinámica. Todo ello sin olvidarnos de que también permite centrifugar a su conductor al generar hasta 2,5 G en las curvas.
Los neumáticos del Bugatti Bolide son como los que usan los LMDh del WEC
De ahí que los neumáticos sobre los que se sustenta el Bugatti Bolide no sean unos ‘zapatos’ cualquiera. Hablamos de un neumático de tipo ‘slick’ y con pedrigee que fabrica para la ocasión el especialista Michelin y que emplea un compuesto semejante al que utilizan los bólidos que compiten en la categoría LMDh del WEC. Y eso son palabras mayores.
Sin embargo, el Bugatti Bolide tiene un peso superior que esos bólidos con mecánicas híbridas, de la misma manera que también proporciona una mayor carga aerodinámica. Dos factores que hacen que esos neumáticos se degraden de forma prematura cuando se exprimen dentro de una pista. Tanto es así que el fabricante de Molsheim recomienda a sus propietarios reemplazarlos tras solo 60 kilómetros de uso si se desea obtener el máximo rendimiento de los mismos. Pero antes de que su vida útil finalice, estos deben ser precalentados, así como se deben montar y desmontar en tres ocasiones para crear un patrón de tracción uniforme. Vamos, que no es algo que te hagan en un taller de Norauto o Midas.
Cada coche viene con unos neumáticos específicos para su transporte
Talleres a los que darías un alegrón si encargas un par de juegos, porque debes tener en cuenta que cada uno de ellos tiene un precio de 8.000 dólares (7.050 euros). Es una verdadera fortuna para un neumático que tan solo te va a durar un día de uso en pista, pero no están muy lejos de los 7.200 dólares (6.345 euros) que cuesta un juego de neumáticos para el Bugatti Chiron. De la misma manera que esa cuantía queda en ‘calderilla’ si se compara con los 42.000 dólares (37.000 euros) que cuesta un juego de neumáticos para un Bugatti Veyron.
Otro detalle curioso de los neumáticos de este Bugatti Bolide es que al no estar homologado para ser utilizado en carretera, la compañía francesa te lo entrega con un juego de neumáticos específico. Más comedidos en tamaño y con dibujo, estos han sido concebidos para facilitar el transporte del vehículo. Al igual que son los ideales para usar si lo vas a dejar aparcado en un garaje climatizado. Porque otro detalle de esos ‘slicks’ fabricados por Michelin es que tienen fecha de caducidad: 5 años.
El Bugatti Bolide tiene un buen número de componentes con fecha de caducidad
Duran solo 60 kilómetros, cuestan más de 7.000 euros, tienen fecha de caducidad… tres detalles de los extraordinarios neumáticos del Bugatti Bolide, una criatura que rebosa cifras y detalles que son dignos de admiración. Como el utilizar los discos de freno de material carbocerámico más grandes que jamás se han utilizado en un coche de circuito. Otro elemento sujeto a desgaste y mantenimiento que seguro tiene un precio con el que podrías comprar un coche a estrenar.
Pero el propietario de un Bugatti Bolide también debe tener en cuenta que hay otras muchas piezas de su vehículo que tienen fecha de caducidad, como los cinturones de seguridad, el sistema de extinción de incendios, el depósito de carburante… Elementos que conviene mantener en perfecto estado de revista antes de entrar en cualquier pista con tan extraordinaria criatura que también tiene un detalle muy particular y que no es otro que el carecer de ventiladores con los que refrigerar su todopoderoso 8.0 W16 con cuatro turbocompresores.
Sólo se puede usar en circuito, detalles que ayuda a comprender algunas cosas
En su lugar, el Bugatti Bolide llega a casa de su propietario con unos ventiladores portátiles que se deben dejar funcionando al menos durante 30 minutos tras haber sido exprimido en la pista con el fin de evitar que ese motor, ya reemplazado por el 8.3 V16 desarrollado junto a Cosworth y utilizado por el Tourbillon, se queme por las altas temperaturas.
Fotos: YouTube/Manny Khoshbin