Bugatti y Cristiano Ronaldo estaban destinados a fusionarse en lo mas alto, resultando referencia social y mediática, fruto de los éxitos deportivos y la profesionalidad disciplinada.
La involuntaria torpeza de un guardaespaldas no puede eclipsar la confluencia de dos astros indiscutibles, de la exclusividad y el lujo.
Un escenario estelar para dos astros del momento
Madrid, capital de España y ciudad que da nombre al mejor club de futbol de la historia. Dia 29 de marzo, bien entrada la tarde/noche, después de cenar en un afamado restaurante de la ciudad, se pudo observar la alineación astral de dos conceptos diferentes, pero fusionados en la excelencia.
Cristiano Ronaldo, se dejaba ver a bordo de un Bugatti Cientodieci, para satisfacer a sus numerosos fans y de la inconfundible marca. En una simbiosis predestinada, el jugador ya en el final de sus carrera deportiva, acumula los ceros suficientes en sus cuentas corrientes como para desembolsar un puñado de millones de euros, nada menos que 10, tras impuestos, y hacer así del Bugatti, que rememora a su antecesor, el EB 110, brillar en la absoluta excelsitud del lujo madrileño.
