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Conducimos el Volvo XC40 T5 Recharge. Una gran mezcla

Volvo tiene claro el camino hacia la electrificación. Y unos objetivos concretos que se pueden cuantificar. La firma sueca se ha propuesto que en 2040 sus operaciones no tengan impacto ambiental y no dejen rastro en la huella de carbono. Por eso sus fábricas se adaptan para que la energía que consumen provenga en su totalidad de fuentes renovables o su gama se convierte a pasos agigantados en una gama eléctrica o electrificada.

Y en esa estrategia, el plan de producto es claro, había que apostar por modelos de 0 emisiones -tanto eléctricos como híbridos enchufables- y la prueba de que se ha hecho está ya en el mercado, pues Volvo ofrece hoy 11 modelos en su gama Recharge, uno en cada segmento para ser líder en emisiones. Y muy pronto aún más, pues la llegada de su primer eléctrico, el XC40 P8 AWD será un paso más en ese camino por la eficiencia y el cuidado del medio ambiente.

Pero mientras el primer eléctrico llega a la familia XC40, el SUV sueco cuenta ya con una auténtica realidad 0 emisiones que hemos podido probar. Se trata del XC40 T5 Recharge, que combina un motor tricilíndrico de 1,5 litros de cilindrada y 180 caballos de potencia con un motor eléctrico de 82 caballos para una potencia total de 262 caballos. Un arsenal suficiente para ofrecer el máximo dinamismo. Pero también cuidando el gasto y las emisiones, pues gracias a su batería de 10,7 kWh de capacidad, es capaz de recorrer entre 47 y 50 kilómetros en modo totalmente eléctrico. Con eso, el consumo medio homologado con el protocolo WLTP es de 2 litros cada 100 kilómetros, una cifra sorprendente para un modelo de estas características y poderío.

No pierde maletero

No pierde carácter -aunque este modelo ya tenga limitada la velocidad máxima a 180 km/h– ni ninguna otra característica que tenga el XC40. Porque ni en su configuración, ni en su conducción, ni en su comportamiento echamos nada de menos en este Recharge. La plataforma CMA sobre la que se ha desarrollado permite que, por ejemplo, la batería se ubica en el túnel de transmisión del coche, con lo que no resta capacidad a un maletero que mantiene los 460 litros, la misma capacidad que las versiones de combustión clásicas.

Su conducción no cambia respecto a un XC40 clásico, pero amplía sus posibilidades gracias a los diferentes programas -Hybrid, Power o Pure- que permiten que juguemos con la fuente de energía y la combinación de las mismas para poder encontrar en cada momento lo que buscamos: máximo rendimiento en la posición Power, un equilibrio entre el uso del motor de gasolina y el eléctrico en el modo Hybrid o la máxima eficiencia utilizando el motor eléctrico en el modo Pure que funciona hasta 125 km/h. También se puede elegir cómo gestionar la energia almacenada en la batería. Si queremos que el motor de combustión cargue la batería o conservar la energía disponible en esta para utilizarla cuando consideremos, como por ejemplo al entrar en la ciudad.

Y durante la conducción, nuestra caja de cambios automática de siete velocidades cuenta con una posición B en la que se optimiza la energía generada en las frenadas y se aumenta la recarga de la batería. Algo muy útil, por ejemplo, para ir recargando baterías al bajar un puerto de montaña, por ejemplo.

Por supuesto no echamos de menos nada respecto a un XC40 normal ni en equipamiento ni en calidad de acabado ni en tecnologías o ayudas a la conducción. En estos apartados, el XC40 Recharge está a la altura habitual de lo que se espera de un Volvo; es decir, a un nivel altísimo.

En el apartado tecnológico destacan la conectividad como uno de sus grandes argumentos y también la seguridad, el lema clásico de la firma sueca. En conectividad, el XC40 T5 Recharge brilla con un equipamiento presidido por su gran pantalla táctil central que se maneja como una tablet con un interfaz muy intuitivo. Además gracias a su sistema de infoentretenimiento Sensus Connect ofrece nuevas aplicaciones basadas en la nube. Y cuenta con funcionalidades específicas de la App Volvo on Call que permiten preclimatizar el coche, consultar el nivel de batería o el estado de carga, buscar una estación de recarga o programar la carga… Entre otras muchas funciones.

Nuevas funciones de seguridad

Y en seguridad, con Volvo siempre en vanguardia, este XC40 Recharge incorpora nuevas funciones de seguridad basadas en la nube y que se ofrecen de serie. Son la alerta de luces de emergencia y Alerta de firme deslizante con las que se puede intercambiar información entre vehículos a través de una red en la nube para alertar al conductor de posibles peligros y tramos de carretera resbaladizos.

La primera hace que en cuanto se activen las luces de emergencia, la función Alerta de luces de emergencia envía una señal a través de la nube a todos los vehículos Volvo cercanos dotados de esta tecnología para avisar del posible punto peligroso. La función Alerta de firme deslizante recopila datos sobre las condiciones de la calzada o el coeficiente de fricción del pavimento y transmite esta información sobre el estado de la vía a todos los modelos Volvo que se encuentren en la zona afectada. Los conductores de los vehículos que reciben esta información son alertados mediante señales ópticas y acústicas de los tramos resbaladizos con los que se va a encontrar para que pueda ajustar su modo de conducción según corresponda.

Al volante, un recorrido con el XC40 T5 Recharge, nos lleva por carreteras de la sierra de Madrid, donde el modelo sueco confirma lo que ya habíamos visto en la presentación internacional el pasado mes de febrero. El XC40 es ágil y divertido. Con el apoyo del par instantáneo que proporciona el motor eléctrico es muy rápido de reacciones. El cambio es una suave y sin saltos entre marchas. Echamos de menos en la unidad probada, las levas en el volante, que redondearían la faena.

La dirección es muy precisa y con la firmeza justa y los frenos cumplen a la perfección. Las suspensiones apuestan por la comodidad, pero con el punto justo de dureza para mantener el estilo dinámico. Y si elegimos el modo Power vemos cómo el carácter se acentúa y el XC40 saca todo su genio. Son un centenar de kilómetros en los que el XC40 demuestra máxima diversión al volante. Y unos cuantos los que recorremos al entrar de nuevo en Madrid, donde lo que se nota es su compromiso con el medio ambiente, porque nos hemos guardado parte de la carga para utilizarla al circular por Madrid y así hemos recorrido el último tramo sin emisiones.

Esta dualidad es lo que hace ideal al nuevo XC40 T5 Recharge; su capacidad de combinar diversión y dinamismo con consumo y eficiencia. Sin olvidar esa etiqueta 0 de la DGT cargada de ventajas. Eso sí, para llegar a saborear esta mezcla perfecta hay que desembolsar una cantidad elevada, porque los nuevos XC40 T5 Recharge están disponibles desdes 46.350, una cifra considerable.

Por eso, la marca ofrece otras alternativas de acceso al híbrido enchufable de Volvo. Gracias al programa Volvo Renting Privado, se puede acceder a un XC40 Recharge desde 357 euros al mes -con una entrada de 7.500 euros- con todo incluido, pues en esta cuota, que se calcula en función del kilometraje y uso se ofrece todo salvo el gasto de carburante o electricidad: Alquiler del vehículo, matriculación e impuestos, Asistencia en carretera 24h, Mantenimiento, ITV y reparaciones en red oficial Volvo, Sustitución de 4 neumáticos en la red oficial Volvo, Seguro y Protección total auto y Gestión de multas online. Todo para que disfrutar de un Volvo sea toda una experiencia.